MADRID, 12 Abr. (EUROPA PRESS) -
Casi un millón de niños en Nigeria han quedado con poco o ningún acceso a la educación como consecuencia de los ataques del grupo terrorista Boko Haram contra escuelas, estudiantes y profesores en el noreste del país, una situación que se ha visto agravada por el uso de los centros educativos por las fuerzas de seguridad como bases militares, según ha denunciado Human Rights Watch (HRW).
En su informe "'Incendiaron las aulas': Ataques contra la educación en el noreste de Nigeria", la organización ha documentado los cada vez más brutales ataques de Boko Haram contra escuelas, estudiantes y profesores desde que lanzó su insurgencia en 2009 en los estados de Borno, Yobe y Kano.
Así, ha señalado que la organización terrorista, que ha jurado lealtad a Estado Islámico, destruyó más de 910 escuelas y obligó a al menos 1.500 a cerrar entre 2009 y 2015. A esto se suma que al menos 611 profesores fueron deliberadamente asesinados y otros 19.000 obligados a huir y que el grupo terrorista ha secuestrado a más de 2.000 civiles, muchos de ellos mujeres y niñas, incluidos grandes grupos de estudiantes.
"En su brutal cruzada contra la educación de estilo occidental, Boko Haram está robando a toda una generación de niños en el noreste de Nigeria su educación", ha denunciado la investigadora sobre Nigeria de HRW, Mausi Segun. "El Gobierno debería ofrecer urgentemente la educación adecuada a todos los niños afectados por el conflicto", ha reclamado.
Según ha podido constatar HRW, la táctica inicial de Boko Haram de amenazar e intimidar con interferir en lo que considera como educación occidental se agravó a principios de 2012. A partir de esa fecha, los insurgentes comenzaron a destruir, quemar y saquear edificios de escuelas y propiedades, reivindicando que los ataques eran una respuesta a los ataques de las fuerzas gubernamentales contra escuelas coránicas.
A finales de 2012 y principios de 2013, a medida que las fuerzas de seguridad nigerianas ampliaban sus operaciones, Boko Haram se volvió más brutal en su actuación, atacando y asesinando deliberadamente a profesores, administradores de escuelas y responsables educativos.
ATAQUES CONTRA ESTUDIANTES
La organización terrorista también ha atacado a estudiantes para mantenerlos alejados de las escuelas y ha enrolado por la fuerza en sus filas a algunos de ellos. Además, sus combatientes han secuestrado a estudiantes como "esposas", sometiéndolas a esclavitud sexual.
A medida que las fuerzas nigerianas estrechaban el cerco, Boko Haram pasó a perpetrar atentados suicidas como táctica contra las escuelas y otros lugares, matando a cada vez más niños y personal educativo, ha denunciado HRW.
La organización ha recordado el caso "emblemático" del secuestro de más de 270 niñas de una escuela secundaria en Chibok en abril de 2014, de las que 219 siguen cautivas a día de hoy, pero también el secuestro de más de 300 estudiantes de una escuela primaria en noviembre de ese mismo año en Damasak.
ACTUACIÓN DE LAS FUERZAS DE SEGURIDAD
Por otra parte, las fuerzas de seguridad nigerianas también han cometido crímenes durante sus operaciones contra Boko Haram, ha denunciado HRW, "incluido el asesinato, acoso e intimidación de profesores y estudiantes de escuelas coránicas". Además, ha añadido, las fuerzas gubernamentales han usado escuelas con fines militares, "lo cual es contrario a la Declaración de Escuelas Seguras que Nigeria respaldó en 2015 y podría poner las escuelas en riesgo de ataque".
Las autoridades nigerianas deberían mejorar la seguridad en las escuelas en el noreste, garantizar que los niños desplazados reciben acceso rápidamente a educación alternativa y prohibir el uso de escuelas para fines militares, ha sostenido HRW. Además, ha defendido que los responsables de estos ataques deberían ser investigados por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
"Los ataques de Boko Haram y la negligencia y el uso indebido de escuelas por parte del Gobierno han contribuido al estado funesto de la educación en el noreste", ha lamentado Segun, defendiendo que "corresponde a ambas partes detener inmediatamente los ataques contra la educación y poner fin al ciclo de pobreza y bajo rendimiento al que demasiados niños en la región están siendo sentenciados".