MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha anunciado este martes que el análisis al que se sometió ha dado positivo por COVID-19 tras haber presentado el lunes síntomas de la enfermedad.
"Estoy bien gracias a Dios", ha señalado en una entrevista concedida a la televisión estatal y a CNN Brasil, precisando que ya está tomando hidroxicloroquina, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha suspendido los ensayos con este fármaco para tratar la enfermedad, y azomitricina.
"Estoy perfectamente bien", ha insistido, admitiendo que el resultado no le ha sorprendido dada su "actividad dinámica". "Soy el presidente de la república y no huyo de mi responsabilidad" ni tampoco "del contacto intenso con el pueblo", ha subrayado.
El mandatario, de 65 años, había optado por realizarse el tercer test para comprobar si había contraído el virus tras presentar fiebre, con hasta 38 grados, y malestar desde el domingo. Para ello, acudió el lunes al Hospital de las Fuerzas Armadas de Brasilia, donde también le realizaron una radiografía pulmonar, que según ha contado él mismo mostró que los pulmones están "limpios".
Bolsonaro, que ha cancelado su agenda oficial para esta semana, incluido el consejo de ministros, ha dicho sentirse hoy "mucho mejor" que el lunes, cuando llegó a tener 38 grados de temperatura, y ha asegurado que le gustaría "dar un paseo pero por recomendación médica no lo haré".
El presidente brasileño se convierte así en el tercer gobernante que ha contraído la COVID-19, tras el primer ministro británico, Boris Johnson, que llegó a estar en la UCI, y el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, quien también fue hospitalizado por prevención y recibió el alta la semana pasada. Además, el príncipe Alberto de Mónaco también ha pasado la enfermedad.
Bolsonaro ha sido muy criticado por la gestión que ha hecho de la pandemia ante su reticencia a imponer el confinamiento por las consecuencias que ello tiene para la economía y también en el uso de la mascarilla. De hecho, durante los últimos meses ha visto cómo dos ministros de Salud renunciaban al cargo por desavenencias con el mandatario.
Antes de terminar la entrevista, se ha alejado de los periodistas y se ha quitado la mascarilla para demostrar que está bien. Además, ha recomendado a la población "tener cuidado", en especial quienes presentan otras dolencias pero "no hay que entrar en pánico".
"La vida sigue", ha afirmado, insistiendo en que "tenemos que volver a trabajar porque de lo contrario la economía podría encontrarse en una situación bastante compleja". "No se puede combatir un virus si los efectos colaterales de ese combate son peores que los daños causados por el propio virus", ha zanjado, recurriendo a un argumento que ya ha planteado en el pasado.
"QUIENES SE EXPONEN TIENEN MAYORES PROBABILIDADES DE CONTAGIARSE"
Después de que el propio presidente Bolsonaro comunicara que había dado positivo en la prueba de la COVID-19, las reacciones no se han hecho esperar y entre ellas se encuentra la de quien fuera su primer ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta.
"Los que se exponen mucho tienen muchas posibilidades de contraer la enfermedad", ha dicho Mandetta durante un diálogo con el canal de noticias de la Red Globo.
"Creo que en el Distrito Federal, en Brasilia, aquellos que se exponían mucho, tienen una alta probabilidad de contraer la enfermedad porque tiene una circulación extremadamente activa", ha señalado antes de desearle una pronta recuperación al jefe del Estado.
"Todos los que estuvieron en su entorno, sobre todo aquellas personas que se han visto en fotografías sin mascarilla, porque esta enfermedad tiene un periodo de incubación, tienen que ser vigilados por las autoridades epidemiológicas, para que cumplan con las medidas de aislamiento", ha manifestado.
Mandetta fue cesado a mediados de abril tras varias semanas mostrando públicamente las discrepancias que mantenía con el presidente brasileño en relación a la gestión de la pandemia de la COVID-19.
El que fuera ministro de Salud era partidario de adoptar medidas drásticas, tales como el confinamiento total de la población, algo que Bolsonaro siempre rechazó alegando que con ello se dañaría la economía.
Bolsonaro ha contado a los medios que está tomando la controvertida hidroxicloroquina, un fármaco utilizado contra la malaria que todavía no ha sido confirmado por la comunidad científica y la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un remedio eficaz para tratar la COVID-19.
A este respecto, y teniendo en cuenta que su uso también resultó ser parte de las fricciones entre Bolsonaro y Mandetta cuando este ocupaba la cartera de Salud, ha expresado que la hidroxicloroquina "era tratada como cualquier otro fármaco".
"Creo que cloroquina fue utilizada de manera política. Primero por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y después por Bolsonaro, como una válvula de seguridad para aquellas personas que tenían que salir a trabajar, diciendo 'yo les voy a dar la cloroquina', pero eso no es por le bien de la salud, sino por el bien político", ha dicho.