MADRID, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha vuelto a arremeter contra aquellos que exigen al Gobierno que agilice la compra de más vacunas contra el coronavirus, asegurando que son unos "idiotas" y que sólo lo hará si las venden en la "casa de sus madres".
Mientras muchas grandes ciudades y capitales del país han tenido que detener sus programas de vacunación ante la falta de más dosis, Bolsonaro ha respondido a esos "idiotas de las redes sociales y de la prensa" que le piden "comprar más vacunas", afirmando que "no las hay en el mundo para vender".
La última salida de tono del presidente Bolsonaro se ha producido en uno de sus habituales baños de multitudes, en esta ocasión durante su visita a Uberlandia, en Minas Gerais, con motivo de la inauguración de una red de ferrocarril, informa la cadena Globo.
"Hay idiotas que vemos en las redes sociales, en la prensa, 've a comprar una vacuna'. Sólo si es en la casa de tu madre", ha soltado entre el jolgorio de sus simpatizantes, a quienes le ha avanzado que para este mes unos 22 millones de dosis serán entregadas a la población.
El presidente brasileño ha sido uno de los líderes que más ha cuestionado la efectividad de las vacunas desde que comenzaron a desarrollarse, llegando incluso a utilizar argumentos tan disparatados como que podrían hacerle crecer el bigote a las mujeres.
El año pasado ya avisó de que no iría detrás de los fabricantes de las mismas e incluso llegó a asegurar que vetaría la vacuna de la farmacéutica china Sinovac, ya que el país asiático, "tiene mucho descrédito por parte de la población, sobre todo porque, como muchos dicen, este virus habría nacido allí".
Actualmente las dosis de esta vacuna, desarrollada en colaboración con el Instituto Butantan de Sao Paulo, forman parte del programa de vacunación nacional, pero han servido también como motivo de disputa entre Bolsonaro y el gobernador de ese estado, Joao Doria, previsible favorito para ser su sucesor en el Palacio de Planalto.
Bolsonaro ha vuelto a promocionar el uso de la cloroquina, un fármaco contra la malaria que no cuenta con la aprobación médica contra el coronavirus.
Su uso para tratar la COVID-19 se ha convertido en una cuestión de Estado en Brasil, después de que Bolsonaro se haya mostrado tan a favor de su uso --él mismo la está tomando tras dar positivo-- que sus anteriores ministros de Salud, Luiz Henrique Mandetta y Nelson Teich, optaron por dejar el cargo debido a las grandes diferencias acerca de la conveniencia de administrar este fármaco.
El miércoles, el Ministerio de Salud anunciaba un acuerdo con los laboratorios Pfizer y Janssen para adquirir entre ambas unas 100 millones de dosis hasta diciembre, después de varias negociaciones fallidas y entre las críticas por parte del titular de la cartera, Eduardo Pazuello, quien cuestionaba las condiciones y los términos contractuales de ambas empresas.
Ese mismo día, Brasil batió un nuevo récord de fallecidos diarios por coronavirus por segundo día consecutivo al registrar 1.910, elevando el total a 259.271, mientras que el número de casos acumulados asciende a más de 10,7 millones.