BEIRUT, 13 Jun. (Reuters/EP) -
Una bomba colocada la noche del domingo frente a la sede del banco más importante de Líbano, Blom Bank, ha causado numerosos daños pero ninguna víctima en lo que las autoridades clasifican como un ataque a todo el sector bancario y que supone que se agrave la crisis provocada por la ley estadounidense que pretende atacar las finanzas del partido-milicia chií Hezbolá.
El ataque se ha realizado después de que algunos bancos cerraran cuentas de sociedades que sospechan que están ligadas a Hezbolá, como respuesta a un temor de ser excluidos del sistema financiero internacional a causa de la ley aprobada por Estados Unidos. Nadie ha reivindicado la autoría del ataque.
El primer ministro libanés, Tamam Salam, ha declarado este lunes que la situación se ha convertido en un asunto de seguridad nacional y ha defendido los bancos asegurando que son el motor para una situación muy frágil en Líbano.
Hezbolá, que no ha hecho comentarios respecto al ataque, ha condenado la actitud del banco central al que acusan de haber perdido soberanía. Por otro lado, los distintos bancos han asegurado que no tenían otra opción.
Entre las diferentes sociedades que se sospecha están ligadas a Hezbolá hay hospitales, colegios e instituciones de seguridad social, por ello, muchas voces críticas apuntan que se trata de un ataque a la comunidad chií en su totalidad.
La Ley de Prevención Internacional sobre la Financiación de Hezbolá (HIFPA) se aprobó el pasado mes de diciembre y busca sancionar a cualquier organización o particular que ayude a financiar Hezbolá, grupo que cuenta con el apoyo de Irán, que posee un brazo armado que apoya a Bashar al Assad en Siria y al que Estados Unidos considera una organización terrorista.
COSTE POLÍTICO
Teniendo en cuenta que diversos analistas opinan que Hezbolá puede seguir activo sin la ayuda de cuentas bancarias, las medidas conllevan un coste político debido a que afecta directamente a la comunidad chií que lo apoya.
"Ganaron la guerra militar, la guerra política, pero no pueden ganar la guerra financiera", ha declarado un banquero libanés que ha preferido mantenerse en el anonimato. "Tiene que encontrar una forma de avanzar en las sombras, pero el problema es que a partir de ahora cualquiera que se relacione con ellos estará vigilado".
En primera instancia, cuando la ley se hizo efectiva, los bancos libaneses empezaron a cerrar las cuentas de Hezbolá y el banco central instó a investigar otras cuentas que pudieran estar relacionadas con el grupo.
El bloque parlamentario de Hezbolá acusó hace una semana al gobernador del banco central, Riad Salameh, de haber llevado a cabo declaraciones "ambiguas y sospechosas" además de añadir que las instituciones educativas y de salud de Hezbolá no debían ser restringidas.
El sector bancario tiene una especial relevancia en Líbano ya que es el conducto de miles de millones de dólares en remesas anuales que mantienen a flote la economía del país. El banco central está considerado una de las pocas instituciones efectivas en Líbano.