MADRID, 20 Ene. (EUROPA PRESS) -
La ofensiva militar lanzada por Rusia en Siria a finales de septiembre ha causado la muerte de más de 3.000 personas, entre ellas más de mil civiles, según un balance del Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
El Observatorio, con sede en Londres pero una amplia red de fuentes sobre el terreno, ha cifrado en 1.015 el número de civiles fallecidos por los proyectiles rusos. De estas víctimas, más de 200 serían menores de edad, según el comunicado oficial.
Rusia, que circunscribe su ofensiva a objetivos "terroristas", ha matado también a casi 900 milicianos del grupo Estado Islámico, así como a más de 1.100 miembros de otras organizaciones que combaten contra el régimen de Bashar al Assad, incluida el Frente al Nusra --filial de Al Qaeda en Siria--.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó el inicio de las operaciones el 30 de septiembre de 2015, después de que así se lo solicitase su homólogo sirio, Bashar al Assad. Moscú alega que es el único país legitimado para intervenir.
Rusia colabora con las fuerzas del régimen de Siria opera al margen de la coalición que lidera Estados Unidos, que también realiza ataques aéreos en el vecino Irak.