El Alto Representante de la UE para Política Exterior y Seguridad Común, Josep Borrell - Philipp von Ditfurth/dpa
BRUSELAS, 11 (EUROPA PRESS)
El Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, se ha marcado este lunes como objetivo un embargo al petróleo ruso como próxima sanción en represalia a la guerra en Ucrania, que entra en una nueva fase con el recrudecimiento del conflicto en el Donbás.
"Es importante empezar por el petróleo, que representa una gran factura y es fácil de reemplazar", ha afirmado en rueda de prensa desde Luxemburgo, tras la reunión de ministros de Exteriores que ha servido para lanzar este debate.
Según ha indicado Borrell, la UE pagó cuatro veces más el año pasado por el suministro de crudo que de gas, unos 80.000 millones frente a 20.000 millones, por lo que se ha fijado el petróleo como próxima meta en la espiral de sanciones de la UE, una vez la Comisión Europea ya trabaja en otro paquete de restricciones después de las primeras sanciones al sector energético, al carbón, la semana pasada.
"De momento no hemos llegado a cerrar un método colectivo vinculante, pero cada uno está tomando medidas por su lado y tienen planes para acabar con esa dependencia", ha explicado el Alto Representante, poniendo en valor el compromiso de los socios europeos para dar pasos en esta dirección.
En todo caso, ha ahondado en que el golpe dentro de la UE es "asimétrico" y toca trabajar con solidaridad entre los Veintisiete. "Los temas energéticos afectan más al centro de Europa que a los países más occidentales. Es un 'shock' puramente asimétrico. Se tiene que combinar la solidaridad y la unidad", ha sostenido.
Borrell ha explicado tras el encuentro con los ministros europeos de Exteriores que "todos" los Estados miembros se han concienciado del "riesgo" que entraña la dependencia del suministro ruso y de que es necesario un esfuerzo para hacer frente a esta debilidad.
LA GUERRA VA A SEGUIR "CON O SIN SANCIONES"
En todo caso, el jefe de la diplomacia europea ha evitado establecer plazos o presionar a los Estados miembros para aplicar medidas contra Rusia, al señalar que la guerra va a continuar las próximas semanas "con o sin sanciones".
"Las sanciones tienen efecto a largo plazo", ha argumentado, subrayando que la ofensiva sucederá independientemente de si la UE adquiere gas ruso. "Si cierras el grifo del gas ruso, no tiene efecto inmediato. Lo que cuenta ahora es la ayuda que prestamos a Ucrania", ha apuntado.
En todo caso, los Veintisiete han abordado por primera vez la opción de ir más allá en las medidas contra la energía rusa, un tema que en Bruselas consideran inevitable pero en el que el bloque corre riesgo de romper la unidad que ha mantenido hasta ahora en su respuesta a la agresión rusa.
Entre los países reticentes destacan Alemania y Austria, que han rechazado cortar de forma inmediata el suministro, y Hungría, que ha amenazado con vetar cualquier embargo energético aduciendo su interés nacional.
LA INVASIÓN RUSA: FRACASO Y HORROR
Durante la reunión en Luxemburgo, los ministros de Exteriores han analizado la evolución del conflicto en el este de Europa, que en palabras del jefe de la diplomacia se resume en "fracaso y horror".
Moscú ha fracasado en sus objetivos militares, algo que ha quedado a las claras con la retirada de Kiev y otras grandes ciudades para reagruparse y centrar sus esfuerzos en el este del país, ha indicado Borrell.
Además, ha denunciado que las tropas rusas dejan "horror" a su paso por Ucrania y ha insistido en que la situación solo hace que la UE refuerce el apoyo a Kiev para que pueda luchar la guerra contra los invasores rusos. "Mariupol es una ciudad mártir, pero lo va a pasar en el este de Ucrania nos hace apoyarles más", ha insistido.
Borrell ha subrayado que la UE se prepara para una dura ofensiva rusa en el Donbás en el que Rusia actúe "como una apisonadora causando victimas civiles". "Ucrania se tiene que preparar para esa etapa y no es ningún secreto que les ayudamos y les seguiremos ayudando", ha sintetizado.
Así, ha enfatizado que todos los países del bloque apoyan el envío de material bélico y muestra de ello es la aprobación de la tercera tanda de 500 millones para subvencionar el suministro militar a Kiev a través del Mecanismo de Paz Europeo, pese a que de forma bilateral Hungría y Bulgaria no han aportado ayuda.