BRUSELAS, 4 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, ha señalado este viernes que espera que Serbia y Kosovo consideren la propuesta de Francia y Alemania para normalizar sus relaciones y se logren "avances" en el proceso de negociaciones que lidera la UE desde hace una década con pocos resultados concretos.
"En los próximos días veremos cuál es su respuesta a esta propuesta y espero que represente un avance y un paso adelante en este proceso", ha afirmado en declaraciones desde Munster, Alemania, donde se celebra la reunión de ministros de Exteriores del G7.
Francia y Alemania pusieron el pasado septiembre una iniciativa sobre la mesa para "una solución inmediata y definitiva" al contencioso de Kosovo, territorio independiente 'de facto' tras su separación de Serbia en 2008, pero que varios Estados miembros de la UE, entre ellos España, no reconocen.
Según ha explicado Borrell, la carta del presidente galo, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, sigue los trabajos de la UE durante el verano para "superar el estado de ánimo de crisis permanente" entre Belgrado y Pristina y lograr la "normalización integral de sus relaciones". "Estoy muy agradecido por el apoyo de Alemania y Francia a esta propuesta", ha subrayado.
Por el momento no se ha dado a conocer el contenido de la propuesta y si contempla alguna fórmula para el reconocimiento mutuo, como solicita Kosovo. La iniciativa busca revitalizar el diálogo entre Belgrado y Pristina facilitado por la UE y que no ha logrado progresos de calado pese a llevar en marcha una década.
También responde al auge de las tensiones vividas durante el verano en el norte de Kosovo por la norma que impone matrículas y documentos kosovares a ciudadanos de la comunidad serbia. En ese momento, la UE dejo claro que el conflicto abierto afecta a la seguridad europea y supone un enorme riesgo en plena agresión rusa a Ucrania.
Serbia, aliado histórico de Moscú, es el único país de los Balcanes que no se ha alineado con las sanciones europeas por la invasión de Ucrania, aunque en el contexto de la guerra ha comparado la denuncia de la violación de la integridad territorial ucraniana con el caso de Kosovo, que declaró su independencia tras un referéndum en 2008 apoyado por Estados Unidos y la mayoría de países occidentales.