BRUSELAS, 30 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, ha negado este jueves en la Eurocámara que la UE cediera ante las presiones de China para rebajar las críticas a Pekín por sus campañas de desinformación y ha achacado la polémica al "día a día" del trabajo diplomático.
En una sesión extraordinaria de la comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, Borrell ha explicado claramente que China sí expresó su preocupación por cauces diplomáticos cuando se filtró el documento interno en el que se señalaban sus maniobras de propaganda, pero ha rechazado de plano que el Servicio de Acción Exterior de la UE (SEAE) modificara su informe para contentar a Pekín.
"No se cedió y nadie puede demostrar que se cediera", ha señalado el responsable de la diplomacia de la UE, insistiendo en que el material filtrado al diario 'The New York Times' y el informe público son dos documentos distintos que obedecen a distintos procesos.
"No tiene por qué haber un vínculo entre ambos documentos, ni en la fecha de su publicación, eso solo lo decide el SEAE", ha indicado, subrayando que la filtración era de un material que es de uso exclusivamente interno.
En este sentido, el jefe de la diplomacia ha quitado hierro a la polémica y ha asegurado que quejas como las expresadas por China son "el pan de cada día" en la diplomacia. "En la UE también lo practicamos todos los días. Lo hacen otros actores y nosotros lo hacemos con nuestros socios, estoy familiarizado con ello", ha argumentado ante los eurodiputados.
Así ha insistido en que la UE no puede evitar que terceros países intenten presionar, porque es algo cotidiano que en el mundo de las relaciones exteriores, pero, según Borrell, lo importante es no aceptar esas interferencias y el SEAE no lo hizo.
El Alto Representante ha indicado que los diplomáticos chinos no estaban contentos con el documento interno y tampoco quedaron contentos tras la publicación del informe. "No contiene todas las consideraciones que manejamos en el fuero interno, pero no puede considerarse que cediera a ninguna presión", ha recalcado.
Según ha expuesto, hay consideraciones que "no se pueden hacer públicas" porque el SEAE lidia con temas sumamente delicados y debe ir con mucho cuidado con sus publicaciones, especialmente cuando la información viene de fuentes públicas para no "crear un conflicto diplomático".
"Tenemos que tener cuidado cuando publicamos algo y estar convencidos de la calidad de las fuentes y eso pasa por un trabajo interno con especialistas para elaborar un material diferente", ha subrayado en su larga comparecencia ante la Eurocámara.
SE ENTERÓ EN SU CUMPLEAÑOS
Para desbaratar la teoría de él diera órdenes para rebajar las críticas a China, Borrell ha explicado que no era consciente del caso y que, de hecho, se enteró el viernes pasado, cuando se publicó el informe, coincidiendo con su 73 cumpleaños. "Me acuerdo porque es mi cumpleaños y se suponía que iba a estar libre esa tarde. Un amigo de España me comentó que había una información del SEAE sobre desinformación y así es como supe de ello", ha reconocido.
"Entonces pedí información a mi equipo y tomé conciencia del asunto, de lo que estaba pasando. Basándonos en lo que recibí puedo asegurar que no recibimos ninguna presión para publicar un informe sesgado. No di ninguna instrucción, ni siquiera sabia lo que estaba pasando", ha relatado.
Por último, el jefe de la diplomacia europea ha querido defender el trabajo de su equipo y de StratCom, el grupo especializado en el análisis de desinformación. "No somos perfectos, pero si queremos luchar contra la desinformación tenemos que confiar en el equipo que hay en la UE", ha afirmado.
Borrell ha lamentado que una filtración periodística "dañe la estabilidad" de la institución europea que él dirige, por lo que ha insistido en que no puede aceptar las críticas al SEAE por este episodio.