RÍO DE JANEIRO, 1 Jun. (Reuters/EP) -
Brasil ha aumentado sus medidas de seguridad de forma notable de cara a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, tras los recientes atentados que han tenido lugar en París y Bruselas y la amenaza terrorista de un supuesto miembro del Estado Islámico, según han anunciado las autoridades brasileñas.
"Ha sonado la alarma en lo referente al terrorismo", ha declarado a la agencia de noticias Reuters el almirante Ademir Sobrihno, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, añadiendo que las autoridades brasileñas han puesto en marcha un programa de cooperación con gobiernos extranjeros para prevenir y evitar posibles ataques de grupos terroristas como el Estado Islámico o de individuos en solitario.
Las Olimpiadas comenzarán el próximo 5 de agosto y Río espera la llegada de más de unos 600.000 visitantes extranjeros, motivo por el cual Brasil ha decidido compartir informes de Inteligencia con otros gobiernos. También está llevando a cabo ensayos de seguridad y ha establecido varias instalaciones conjuntas a nivel internacional.
Además de un centro policial donde oficiales de Policía de unos 50 países distintos ayudarán a supervisar la seguridad durante los Juegos, se ha creado un centro antiterrorista formado por expertos de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y España, entre otros países.
"Tendremos allí a personas de todo el mundo para compartir mejor la información y que puedan aconsejarse unos a otros en sus áreas respectivas de conocimiento", ha declarado el director del Secretariado Especial establecido por el Gobierno, encargado de la seguridad en grandes eventos, Andrei Rodrigues.
Brasil, al no tener enemigos políticos, ni historial de guerra reciente y sí mucha experiencia organizando grandes eventos, como el Mundial de Fútbol de 2014 o el multitudinario carnaval que se celebra todos los años, no consideraba al terrorismo como la principal amenaza de seguridad para los Juegos Olímpicos de este verano.
Sin embargo, tras los ataques terroristas de París, donde perdieron la vida 130 personas, y de Bruselas el pasado 22 de marzo, en los que perecieron otras 32, las autoridades brasileñas se han visto obligadas a realizar una nueva evaluación de su plan de seguridad de cara a los juegos, que esta vez sí incluye medidas para combatir el posible terrorismo.
Centenares de expertos en seguridad se encuentran en estos momentos analizando miles de perfiles en redes sociales en busca de posibles sospechosos o potenciales amenazas por un ataque terrorista en los Juegos Olímpicos. Los expertos aseguran que lo más difícil es detectar a los individuos que trabajan de forma aislada y que no están necesariamente afiliados a grupos como el Estado Islámico.
Para los visitantes, el aumento de la seguridad se traducirá en la presencia de más de 85.000 miembros de las fuerzas de seguridad en los diferentes recintos, un despliegue el doble de grande que el de los Juegos Olímpicos de Londres de 2012.
El pasado noviembre saltaron las alarmas cuando un supuesto miembro del Estado Islámico aseguró que una de sus células ya estaba en Brasil. Aunque causó cierto revuelo, las fuerzas de seguridad brasileñas realizaron una investigación que concluyó que se trataba de una broma de mal gusto.