Lanza tres escenarios para avanzar en la Unión de la Defensa y la Seguridad en 2025 en función del nivel de ambición de los países
BRUSELAS, 7 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea ha propuesto este miércoles crear un Fondo Europeo de Defensa dotado de hasta 5.500 millones al año a partir del 2021 para incentivar proyectos conjuntos de investigación, desarrollo y adquisición conjuntos de capacidades militares entre los países de la UE.
El Ejecutivo comunitario plantea destinar 500 millones en 2019 y 2020 para cofinanciar prototipos industriales a través del Fondo --en el marco de un programa específico de desarrollo industrial propuesto este miércoles-- y elevar dicha cifra a 1.000 millones de euros al año a partir de 2021.
Y espera que los Estados miembros aporten "cuatro euros por cada euro" del presupuesto europeo para el desarrollo de capacidades de manera conjunta. Es decir, espera que aporten unos 2.000 millones de euros en 2019 y 2020 para capacidades y 4.000 millones anuales a partir del 2021.
Bruselas sólo contribuirá a confinanciar proyectos de consorcios en los que participen "al menos tres empresas de dos Estados miembro" diferentes y el 50% del capital de cada empresa deberá estar controlado por capital europeo y, además, deja claro que los Estados miembro deberán comprometerse de antemano con la adquisición posterior de capacidades concretas para cofinanciar un proyecto de desarrollo de prototipos.
"No usaremos el presupuesto de la UE para adquirir armas o capacidades de defensa. Esta serán propiedad de los Estados miembro", que deberán costear su adquisición, han precisado fuentes europeas.
La Comisión plantea a los Gobiernos "soluciones financieras" para facilitar la adquisición conjunta de capacidades como "la financiación puente" en la que los Estados miembros se presten dinero o "instrumentos de deuda" como eurobonos para proyectos concretos y limitados en el tiempo.
El Ejecutivo comunitario espera que las propuestas las aprueben los Veintiocho y la Eurocámara a principios de 2018 y que los primeros proyectos concretos comiencen a financiarse en 2019.
La Comisión Europea ya propuso en noviembre destinar 500 millones anuales a partir del 2021 de presupuesto común al Fondo --que tendrá dos ventanillas, una para proyectos de investigación y otra para desarrollo de capacidades-- para proyectos de colaboración en investigación en defensa.
Antes, destinará 90 millones hasta finales de 2019 para un proyecto piloto con la Agencia Europea en Defensa en los próximos tres años --25 millones para 2017-- para proyectos de investigación. La primera convocatoria se abre este miércoles. Estos podrán presentarse hasta otoño en áreas como los sistemas no tripulados para el sector naval y la idea es firmar los primeros contratos a finales de año.
"El Fondo actuará como catalista para una industria de la defensa europea más fuerte, que desarrolle equipos y tecnologías de vanguardia, plenamente interoperables" aunque "los Estados miembro seguirán en el asiento del conductor", ha dicho el vicepresidente de la Comisión Europea responsable de Empleo y Crecimiento, Jyrki Katainen, que ha avisado de que los europeos "necesitan hacer más y mejor" por sí mismos para garantizar su seguridad.
También la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Federica Mogherini, ha dejado claro que no solo los ciudadanos europeos sino también sus socios esperan que la UE refuerce su capacidad para "actuar de forma autónoma cuando y donde sea necesario" y ha pedido superar la actual fragmentación en el sector de la defensa "utilizando todos los instrumentos" a disposición de la Unión.
La falta en cooperación en seguridad y defensa entre países cuesta entre 25.000 y 100.000 millones de euros anuales, entre otros por la variedad de sistemas de armamentos, tanques o aviones. El Ejecutivo comunitario estima que se podría ahorrar hasta un 30% del gasto en defensa a través de la adquisición conjunta. El 80% de los contratos y más del 90% de la investigación se realiza a nivel nacional.
ESCENARIOS PARA LA DEFENSA EUROPEA EN 2025
En paralelo al fondo, el Ejecutivo comunitario ha presentado un documento de reflexión con tres escenarios para el futuro de la defensa europea en el horizonte de 2025 tras la salida de Reino Unido de la UE en función de un grado de cooperación más o menos ambicioso. El objetivo último es reforzar la capacidad de Europa de defenderse por sí misma frente a las crecientes amenazas y reforzar su capacidad de intervenir de forma autónoma en caso necesario.
"La naturaleza de la relación trasatlántica está cambiando. Más que nunca, los europeos necesitan asumir una mayor responsabilidad de su seguridad", resume el documento.
El primer escenario contempla una mayor cooperación entre los Estados miembro pero todavía "en gran medida de forma voluntaria" y decisiones 'ad hoc' para responder a una amenaza o crisis, aunque la solidaridad no sería vinculante, sino que la decidirían los países y la industria de defensa, por su parte, seguiría fragmentada, dado que el desarrollo y adquisición de capacidades seguirían siendo a nivel nacional.
La UE continuaría desplegando operaciones militares "relativamente pequeñas" dirigidas a la gestión de crisis y la respuesta a amenazas no convencionales como el terrorismo, la ciberamenazas o híbridas seguirían siendo nacionales.
El segundo escenario plantea "una defensa y seguridad compartida" en el que la cooperación en defensa entre países "se convertiría en la norma más que en la excepción" y habría "una mayor solidaridad financiera y operativa".
Los países alinearían más su planificación nacional de defensa y promoverían el desarrollo y adquisición conjuntos de capacidades multinacionales con apoyo del Fondo Europeo de Defensa, en transporte estratégico, aviones no tripulados, comunicaciones por satélite y de vigilancia marítima y equipos ofensivos. Y habría estructuras de planificación y mando y logística, a nivel europeo.
En este escenario, la UE permitiría aumentar de manera "significativa" su capacidad para proyectar la fuerza militar y podría realizar "operaciones de alta intensidad para combatir el terrorismo y las amenazas híbridas". Los países con las fuerzas armadas más potentes ejecutarían las operaciones en nombre de la UE.
El tercer escenario de la "defensa y seguridad común", el más ambicioso, contempla "un mayor nivel de integración de las fuerzas armadas" de los países y que la asistencia mutua sea "la norma". Los Estados miembros sincronizarían de forma total sus presupuestos en defensa para desarrollar las capacidades prioritarias, que se adquirirían de forma conjunta con apoyo del Fondo.
"La UE podría dirigir operaciones de alta intensidad para proteger mejor Europa, incluido potencialmente operaciones contra grupos terroristas, operaciones navales en entornos hostiles y acciones de ciberdefensa", según el documento.