MADRID 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Bulgaria ha anunciado este lunes su decisión de no unirse al Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular, del que ya se han desmarcado otros países europeos como Hungría y Austria, mientras que República Checa y Polonia también ha mostrado sus reticencias.
El portavoz del partido gubernamental GERB, Tsvetan Tsvetanov, ha sostenido que el pacto pone en peligro los intereses nacionales del país, según ha informado la agencia búlgara de noticias Novinite.
Las palabras de Tsvetanov han llegado un día antes de que el Parlamento vote el acuerdo, al que también se opone Patriotas Unidos, que forma parte de la coalición gubernamental que encabeza el GERB. La coalición cuenta con 122 de los 240 escaños del Parlamento.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha manifestado que "si uno, dos o tres países abandonan el pacto migratorio de la ONU, la UE no podrá defender sus propios intereses", tal y como ha recogido la agencia de noticias Reuters.
El acuerdo, suscrito en julio por 192 de los 193 Estados miembro de la ONU --con la única excepción de Estados Unidos-- será firmado en diciembre en Marruecos. El Pacto Mundial para Migraciones Seguras, Ordenadas y Regulares oficial aborda por qué las personas migran, cómo protegerlos, cómo integrarlos en nuevos países, cómo devolverlos a sus hogares y otros asuntos.
El acuerdo tiene como objetivo hacer que la migración sea segura y ordenada en medio de cuestiones de soberanía nacional y cooperación internacional. Alrededor de 250 millones de personas en todo el mundo son migrantes, según datos recogidos por Naciones Unidas, o lo que es lo mismo, un 3,4 por ciento de la población mundial.
Sin embargo, para algunos países el contenido supone una injerencia en cuestiones de soberanía nacional y, en aras de la protección de los migrantes, no distingue entre llegadas legales o ilegales.
El movimiento se produjo después de la crisis migratoria en Europa en 2015, que registró la mayor afluencia de refugiados y migrantes desde la Segunda Guerra Mundial, según las autoridades. La crisis agotó los recursos y provocó el miedo a los extranjeros y tensiones a los nacionalistas.