SOFÍA, 22 Jul. (Reuters/EP) -
Bulgaria se prepara para un posible aumento del flujo de inmigrantes que acuden a su frontera con Turquía en el sur del país, tras el intento de golpe de Estado el pasado 15 de julio, según ha declarado este viernes el primer ministro búlgaro, Boiko Borisov.
Las autoridades búlgaras han reforzado las patrullas en la frontera con Turquía, y en los últimos días, han sido detenidos entre 150 y 200 inmigrantes cada 24 horas desde que fracasó el golpe de Estado contra Erdogan.
"La situación en la frontera es muy dramática", ha declarado Borisov en una rueda de prensa. "Nos estamos preparando para un gran problema con los refugiados. El Ejército, la Policía y la Gendarmería, todos ellos están trabajando ahora mismo", ha añadido.
Borisov ha señalado que se reunirá con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, el próximo 24 de agosto en Estambul. Este jueves, se ha reunido con los principales jefes militares de Bulgaria para abordar las medidas que están llevando a cabo las fuerzas de seguridad para hacer frente a la nueva oleada de inmigrantes.
Después de la reunión, en la rueda de prensa, Borisov ha declarado que el gran aumento de inmigrantes que se espera que lleguen en las próximas semanas requerirá una respuesta rápida y eficaz por parte del Gobierno, las fuerzas de seguridad y los propios ciudadanos búlgaros, para garantizar la seguridad del país.
Borisov ha añadido que desde Sofía tratará de mantener el equilibrio y de comunicarse mejor con Ankara, pero ha criticado algunas de las medidas que ha llevado a cabo Erdogan tras el golpe. "No entendemos los arrestos de periodistas, jueces y profesores", ha dicho.
El número de inmigrantes que llegaban a la frontera búlgara se había reducido notablemente durante las semanas anteriores al intento del golpe de Estado en Turquía. Las autoridades búlgaras detuvieron a unos 14.000 inmigrantes durante los primeros seis meses de este año, en comparación con los 21.000 del año pasado durante el mismo periodo de tiempo.
De todos los inmigrantes que llegan a Bulgaria, muy pocos quieren quedarse en el país más pobre de la Unión Europea, y la mayoría decide dirigirse a países como Alemania y Suecia.