NAIROBI, 27 Ago. (Reuters/EP) -
El Gobierno de Burundi ha anunciado que comenzará a repatriar en octubre a 200.000 burundeses que están refugiados actualmente en la vecina Tanzania, a pesar de las dudas que genera una vuelta apresurada de quienes precisamente cruzaron la frontera para escapar de la violencia.
Cientos de personas murieron en la ola de protestas que se desató en 2015, marcada por las movilizaciones en contra del presidente, Pierre Nkurunziza, y de su decisión de aspirar a un tercer mandato. Unas 400.000 personas huyeron a otros países, en su mayoría a Tanzania, Ruanda y República Democrática del Congo.
El ministro del Interior tanzano, Kangi Lugola, se ha comprometido a garantizar el regreso de "todos" los refugiados, alegando que "Burundi es pacífico", según figura en un vídeo difundido por su oficina en Twitter el domingo. Este martes, su homólogo burundés, Pascal Barandagiye, ha confirmado un acuerdo para iniciar las repatriaciones el 1 de octubre.
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha asegurado que unos 75.000 burundeses han retornado a su país en los últimos dos años. La agencia internacional ayuda a "quienes indican que han decidido de forma libre e informada volver voluntariamente".
Sin embargo, ACNUR ha advertido de que cientos de personas siguen huyendo de Burundi cada mes, por lo que las condiciones no serían las adecuadas para garantizar la seguridad de estos posibles retornos. En este sentido, ha instado a todas las partes a no forzar ningún traslado.
Uno de estos refugiados, que reside en el campo de Nduta, ha asegurado que no accederá a ninguna "repatriación forzada", por mucho que lo pacten los dos gobiernos. "No hay forma de que podamos volver a Burundi, no hay ninguna seguridad", ha explicado este hombre, de unos 40 años, a la agencia Reuters.