MADRID, 20 May. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades de Burundi han bloqueado este miércoles las redes sociales y las aplicaciones de mensajería en el país, coincidiendo con el inicio de una jornada en la que los burundeses están llamados a las urnas para las elecciones presidenciales, parlamentarias y locales, marcadas por un clima de violencia y de las que saldrá el sucesor del mandatario, Pierre Nkurunziza.
La organización NetBlocks ha confirmado a través de su página web que el corte afecta a Twitter, Facebook, Instagram, Telegram y WhatsApp, al tiempo que ha agregado que "el incidente sigue activo". De esta forma, sólo se puede acceder a las mismas a través del uso de una VPN.
NetBlocks ha destacado que "los datos muestran que Twitter, Facebook, Instagram y WhatsApp están restringidos a través de los principales proveedores de Burundi, Econet, Lumitel y ONATEL, lo que corrobora las afirmaciones generalizadas de los usuarios".
"Los servidores de YouTube y Google Video están también restringidos, si bien están disponibles de forma intermitente debido a la rotación de IP por parte de la compañía de equilibrio de carga", ha agregado a través de un comunicado.
LOS DOS CANDIDATOS PRINCIPALES YA HAN VOTADO
Los dos principales candidatos a la Presidencia, Évariste Ndayishimiye --'delfín' de Nkurunziza-- y el opositor Agathon Rwasa --líder del Congreso Nacional para la Libertad (CNL)-- han acudido a votar a primera hora del día, según ha informado el diario burundés 'Iwacu'.
Ndayishimiye, candidato del gubernamental Consejo Nacional para la Defensa de la Democracia-Fuerzas para la Defensa de la Democracia (CNDD-FDD), ha destacado que "las elecciones discurren en seguridad, y el que intente perturbarlas lo pagará caro".
Por su parte, la votación de Rwasa ha estado marcada por un incidente, debido a que las autoridades han prohibido inicialmente que los medios pudieran hacerle fotografías, algo a lo que han accedido diez minutos después, ante las quejas de los periodistas.
Rwasa ha criticado además el bloqueo en redes sociales y ha dicho que "esto no va a impedir el cambio que se espera esta tarde", en referencia a su confianza en hacerse con la victoria, al tiempo que ha sostenido que demuestra que las autoridades "planifican" un fraude.
"No es WhatsApp el que vota, son los burundeses. No sirve de nada que corten las comunicaciones", ha señalado. "Si no estamos satisfechos con los resultados en las urnas, acudiremos a las autoridades competentes, pero ahora no es el momento de decir nada", ha remachado.
REPUNTE PREVIO DE LA VIOLENCIA
Las elecciones han estado marcadas por un repunte de la violencia y ante el temor de que el país se vea arrastrado a una crisis violenta como la de 2015, cuando Nkurunziza decidió presentarse a un tercer mandato, a pesar de que la oposición denunciaba que ello violaba el acuerdo de paz que puso fin a la guerra civil (1993-2005).
La comisión de investigación de la ONU para Burundi expresó el 14 de mayo su "alarma" por el "incremento de la intolerancia política" y los "numerosos actos de violencia y las violaciones de los Derechos Humanos" durante la campaña.
En su comunicado, resaltó que los enfrentamientos entre seguidores de los dos principales partidos "están en aumento", así como "el discurso de odio y la incitación a la violencia contra los opositores políticos, principalmente desde el CNDD-FDD".
La comisión afirmó que "los cercanos al partido gubernamental siguen contando con una impunidad prácticamente total por sus abusos, incluidos los responsables de actos violentos" y apuntó igualmente a la "falta de independencia e imparcialidad" de la comisión electoral.
La votación tiene lugar además en ausencia de observadores de los principales organismos regionales e internacionales, incluidos los de la ONU, la Comunidad Africana Oriental (EAC) y organizaciones civiles, a raíz de las críticas a las elecciones de 2015.
Asimismo, se celebra en medio de la pandemia de coronavirus y menos de una semana después de que el Gobierno expulsara del país al jefe de la delegación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), junto a otros tres integrantes de la misma, sin ofrecer ningún motivo para justificar su decisión.