GINEBRA, 15 Dic. (Reuters/EP) -
Burundi se acerca peligrosamente a una guerra civil, tras los ataques perpetrados la semana pasada por grupos insurgentes contra varios campamentos militares de la zona, las autoridades del país han respondido con registros, arrestos y ejecuciones sumarias en una nueva escalada de la violencia, según ha alertado el Alto Comisionado de Naciones Unidas por los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein, en un comunicado.
"Con estos últimos episodios sangrientos, el país parece haber dado otro paso hacia una abierta guerra civil. Las tensiones han alcanzado su grado máximo en Buyumbura", ha señalado el alto comisionado de la organización internacional, Zeid Raad al Hussein.
Después de los enfrentamientos del viernes, las fuerzas de seguridad efectuaron "registros intensivos en las viviendas" de los distritos de Musaga y Nyakabiga, en la capital del país, según ha señalado Al Hussein. Ambas áreas vivieron las primeras protestas gubernamentales contra la reelección del presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, para un tercer mandato.
Durante los registros, la Policía "arrestó a cientos de hombres jóvenes, parte de los cuales fueron enviados a localizaciones desconocidas, mientras que otros tantos fueron ejecutados", ha señalado el Alto Comisionado de Naciones Unidas.
Los enfrentamientos de la semana pasada en Buyumbura --los peores desde el fallido golpe de Estado de mayo-- acabaron con la vida de al menos 90 personas. En los últimos meses se han producido choques entre los partidarios y detractores del presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, aumentando la violencia en el país.
Al Hussein ha urgido "a todos los actores de la actual crisis, incluidos los líderes políticos y las autoridades estatales, a tomar medidas para detener esta escalada de violencia comprometiéndose en un incluyente y significativo diálogo", ha añadido.
"ABIERTO AL DIÁLOGO"
El Gobierno --que suele rechazar este tipo de acusaciones-- ha señalado que está "abierto al diálogo". Sin embargo, la oposición considera que estas negociaciones son una "cortina de humo" porque no permiten abordar cuestiones centrales, como la ampliación del mandato del presidente.
En este sentido, la oposición afirma que Nkurunziza ha violado el acuerdo de paz que acabó con la guerra civil.
Las potencias occidentales temen que Burundi se deslice, después de 10 años, en un nuevo conflicto civil que podría desestabilizar una región en la que todavía está muy presente el genocidio vivido en su vecina Ruanda, en 1994.