NUEVA YORK, 6 Nov. (del corresponsal de EUROPA PRESS, Emilio López Romero)
El presidente saliente de Estados Unidos, George W. Bush, recibirá en los próximos días en la Casa Blanca a su sucesor en el cargo, Barack Obama, para empezar a preparar la transición y que "sea lo más fluida posible" hasta el día de la toma de posesión, que tendrá lugar el próximo 20 de enero en el Capitolio.
El anuncio lo ha hecho el propio Bush en una comparecencia pública en los jardines de la Casa Blanca, acompañado de su esposa Laura, de todo su gabinete, y de los funcionarios que trabajan en la oficina ejecutiva del presidente, y adelantó que el encuentro con el senador Obama será a comienzos de la próxima semana.
El presidente saliente subrayó que el país se enfrenta a desafíos económicos que pueden complicar el camino hasta la toma de posesión, por lo que la crisis será el asunto principal de lo que resta de mandato y que el secretario del Tesoro, Henry Paulson, está trabajando "interminables horas" en ello, y recordó que la próxima semana será la Cumbre del G-20 en Washington.
"En los próximos 75 días todos debemos asegurarnos de que el próximo presidente y su equipo puedan empezar a trabajar pronto, y en eso han estado trabajando las agencias federales", indicó Bush, que confirmó que el presidente electo ya ha recibido los primeros informes secretos sobre seguridad, y que en las próximas semanas su equipo será puesto al día sobre la crisis económica o la guerra en Irak.
También subrayó que por primera vez en cuarenta años será una transición "en tiempos de guerra" en Irak y Afganistán y con grupos extremistas a los que, según dijo, les encantaría "explotar" este periodo de cambio "para hacer daño al pueblo americano". "Seguiremos protegiendo este país combatiendo en el exterior a los terroristas para que no tengamos que enfrentarlos en nuestras fronteras", indicó.
Por último, tras desear los mejor al futuro presidente, a su familia y al pueblo americano, que "debe sentirse orgulloso de la democracia" que tiene, también dijo que seguirá presionando al Congreso para que antes de que concluya su administración aprueben los tratados de libre comercio con Colombia, Panamá y Corea del Sur.