MADRID, 20 Nov. (EDIZIONES) -
Más niños que nunca huyen hoy de un conflicto, en muchos casos olvidado o ignorado, en diferentes partes del mundo. Las cifras se han duplicado en los últimos diez años y en todo el mundo, uno de cada 200 niños es refugiado, según las estimaciones de la ONG World Vision.
Estamos hablando de menores que han tenido que huir de sus hogares debido a la guerra, la pobreza y la persecución. Al huir de los conflictos para salvar la vida dejan atrás su educación, sus casas, sus amigos y sus familias. La mayoría de ellos han visto morir a familiares, muchas veces a sus propios padres.
Lejos de su hogar y su país, a menudo se ven obligados a trabajar para poder salir adelante. Muchos menores desaparecen y son víctimas de tráfico y explotación. Los niños que huyen de conflictos necesitan seguridad, comida, agua y refugio. Pero también necesitan ayuda para recuperarse del trauma que han experimentado.
32 millones de niños refugiados y menores no acompañados son el gran reto de nuestra sociedadLa mitad de todos los niños migrantes del mundo viven en 15 países, encabezados por Estados Unidos, que alberga a 3,7 millones de niños migrantes.
En América Central, la violencia de pandillas ha obligado a miles de niños a huir de sus comunidades y sus países en busca de paz. Miles de niños de México y Centroamérica (principalmente Guatemala, Honduras y El Salvador) han cruzado la frontera para buscar refugio en los Estados Unidos en los últimos cuatro años.
África es sin duda el continente más dañado, con más de 12,4 millones de personas desplazadas el año pasado. Solo en Sudán del Sur cerca de un millón de niños se han visto desplazados internos resultado del conflicto y la violencia. Además, millones de niños sudaneses sufren hambre y desnutrición.
Sin embargo, en los últimos años el gran volumen de niños refugiados y menores no acompañados ha sido provocado por conflictos en Irak, Siria y Yemen. El conflicto en Siria, ha convertido a 4,8 millones de personas en refugiados. Se calcula que la mitad de ellos son niños que han abandonado sus casas en busca de refugio en países vecinos como Líbano, Irak o Egipto.
¿CÓMO MANTENERLOS SEGUROS?
Los Espacios Seguros para Niños permiten que organizaciones como la Fundación World Vision proporcionen apoyo psicosocial y un lugar seguro para que los niños jueguen. Además estos centros ayudan a identificar niños no acompañados o aquellos que han sido separados de sus tutores como punto de partida para trabajar la reubicación familiar.
Cinco cosas que los niños que huyen de un conflicto necesitan:
1. Estar con sus familias o un cuidador responsable. Prevenir la separación y apoyar la reunificación familiar es de suma importancia para los niños y juega un papel vital en su protección y bienestar. Los países tienen la obligación de garantizar que la reunificación familiar sea posible.
2. Tratamiento especial si están separados de sus familias. Los niños no acompañados o separados necesitan atención especial, porque pueden ser más fácilmente sometidos a la violencia y la explotación. Deben establecerse sistemas apropiados de tutela y los niños deben ser registrados. Los niños necesitan tener acceso a información correcta y consistente sobre sus derechos y los procedimientos para identificarse como menores legales.
3. No ser detenido. Los países que reciben a niños y familias que buscan asilo deben hacer frente a las solicitudes de proceso de manera rápida y eficiente.
4. Los niños sufren los efectos de las guerras de adultos. No deben ser responsables. Sus intereses deben ser prioritarios ante la huida de un conflicto. Los gobiernos deben contar con directrices claras y prácticas, elaboradas en colaboración con expertos en derechos del niño, para garantizar una aplicación armonizada a nivel mundial del principio del "interés superior del niño".
5. Estar seguro, recibir una educación y una alimentación adecuada.
World Vision y otras organizaciones trabajan para satisfacer las necesidades de los niños que huyen de los conflictos en todo el mundo.
LA HISTORIA DETRÁS DE LOS NÚMEROS
Fadia es madre de tres niños y está embarazada, "pero, ahora no puedo preocuparme por mi embarazo. Primero debo preocuparme por mi hijo enfermo, luego por mí ", dice.
Ella huyó de su pueblo, cerca de Mosul, hace seis días y tras caminar 13 horas llegaron al campamento de Debaga, "estábamos aterrorizados de venir aquí. Fue un gran riesgo emprender la huída debido a los combates y los bombardeos".
Su hija de 16 meses, Rana, descansa sobre su regazo. "Mi hija, Rana, tiene fiebre. Ella está muy enferma y no podemos pagar los servicios de salud. La llevé ayer a una clínica en el campamento de Debaga, pero estaba tan llena de gente que no pudimos obtener ayuda", nos cuenta. Dos niños de entre los 600.000 que se verán forzados a huir de Mosul.