MADRID, 21 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha alertado este martes que una de cada tres personas en el mundo continúa viviendo por debajo de los umbrales mínimos de desarrollo, por lo que a pesar de los avances conseguidos en los últimos años han advertido de que todavía hay millones de personas que siguen excluidas por la comunidad internacional.
De acuerdo con los autores del informe "Desarrollo humano para todas las personas", publicado este martes por el PNUD, para poder garantizar un desarrollo humano sostenible para todas las personas, es imprescindible centrar los esfuerzos en aquellas comunidades que a lo largo de los años han sido especialmente excluidas.
"El empeño de no dejar a nadie atrás debe definir cada acción que emprendamos como comunidad global" ha señalado el primer ministro sueco, Stefan Löfven. "Es el principio de inclusión debe guiar nuestras decisiones de política", ha añadido.
"El mundo ha recorrido un largo camino en la reducción de la pobreza extrema, la mejora del acceso a la educación, la salud y el saneamiento, y la ampliación de las posibilidades para las mujeres y las niñas", ha señalado por su parte la administradora del PNUD, Helen Clark.
"Sin embargo, estos avances son el preludio del siguiente desafío, el de velar por que los beneficios del progreso mundial lleguen a todas las personas", ha manifestado durante su intervención en la presentación del informe este martes en Estocolmo.
Más de 300 millones de personas --entre ellas un tercio de la población infantil mundial-- viven en situación de pobreza relativa. Al contrario que la absoluta, la medida de pobreza relativa se define como la condición de estar por debajo de un umbral relativo de pobreza. Implica la falta de unos ciertos bienes y recursos que el resto de la sociedad da por sentados.
DISCRIMINACIÓN "SISTEMÁTICA"
Según ha explicado el PNUD, el problema no sólo radica en que hay millones de personas que aún sufren carencias extremas, sino que las desventajas afectan de manera desproporcionada a ciertos grupos.
"Prestamos demasiada atención a los promedios a nivel nacional, que a menudo ocultan enormes desigualdades en las condiciones de vida de las personas", declaró Selim Jahan, el autor principal del informe. "Para avanzar, tenemos que examinar más de cerca no solo lo que se ha logrado, sino también quién ha quedado excluido y por qué", ha apuntado.
Las mujeres, los habitantes de las zonas rurales, las comunidades indígenas, las minorías étnicas, las personas con discapacidad, los refugiados y la comunidad LGTB son los principales grupos excluidos de manera sistemática por obstáculos que no son simplemente económicos, sino también políticos, sociales y culturales.
En general, las mujeres son más pobres, ganan menos y tienen menos oportunidades que los hombres. En al menos un centenar de países, están legalmente excluidas de ciertos empleos por su género y en al menos 18 países necesitan la autorización de su marido, hermano o padre para trabajar. Por otro lado, en muchas regiones, prácticas como la mutilación genital femenina y el matrimonio forzoso continúan a la orden del día.
Los pueblos indígenas representan tan sólo el 5 por ciento de la población mundial, pero más del 15 por ciento de las personas que viven en situación de pobreza. Por su parte, los derechos de la comunidad LGTB son violados continuamente en al menos 70 países, donde los actos homosexuales entre hombres son considerados un delito.
"Es posible erradicar la pobreza y lograr un desarrollo sostenible, pacífico y justo para todos si se eliminan aquellas normas sociales y leyes discriminatorias arraigadas y persistentes", ha subrayado Clark.
"Pese a las diferencias de progreso, el desarrollo humano universal es alcanzable", ha afirmado Jahan. "En las últimas décadas hemos sido testigos de logros en materia de desarrollo humano que antes se consideraban imposibles de alcanzar", ha concluido.