ZÚRICH/BERLÍN 27 Ago. (Reuters/EP) -
Como consecuencia de los últimos ataques terroristas que han tenido lugar en Europa, cada vez son más los europeos que compran armas o dispositivos de defensa personal, lo que refleja lo mucho que ha aumentado la sensación de inseguridad en los últimos meses.
Los vendedores de armas atribuyen el crecimiento de las ventas al masivo aumento de inmigrantes y refugiados en los dos últimos años. El flujo de inmigrantes procedentes de Oriente Próximo, sumado a los ataques terroristas que han tenido lugar en Francia, Bélgica y Alemania, han provocado un aumento de la tensión entre los ciudadanos europeos, que ya no se sienten tan seguros como antes.
Hay muchos motivos por los cuales un civil puede poseer armas, y en muchas ocasiones no tienen nada que ver con la defensa personal o con un sentimiento de inseguridad. En muchos países de Europa, los civiles pueden comprar armas para cazar o para practicar tiro como deporte.
No se cuenta con ningún tipo de estadísticas ni datos a nivel europeo que puedan determinar con precisión el aumento de la compra de armas dentro del territorio europeo. No obstante, las solicitudes para conseguir un permiso de armas no hacen más que crecer en países como Suiza, Austria y República Checa.
En República Checa, el número de personas con permiso de armas ha pasado de 6.000 a casi 300.000 en sólo cinco meses. A diferencia de la mayoría de las autoridades europeas, que han hecho un llamamiento a la calma, el presidente checo, Milos Zeman, hizo unas declaraciones a favor de la posesión de armas.
"Los ciudadanos deberían poder tener armas", dijo Zeman, en referencia a un ataque que tuvo lugar en la ciudad alemana de Múnich, en el que murieron nueve personas acuchilladas por un joven refugiado de 18 años con problemas mentales. "Sólo así podrán actuar en contra de estos terroristas", añadió en la cadena de televisión checa TV Nova.
En Alemania, por otro lado, aunque no ha aumentado la compra de armas letales, cada vez son más los alemanes que compran dispositivos de defensa con el objetivo de espantar a posibles atacantes, como pistolas de fogueo o spray pimienta. Sólo durante la primera mitad de este año, las ventas de este tipo de dispositivos han crecido un 50 por ciento.
SENTIMIENTO DE INSEGURIDAD
No se sabe a ciencia cierta qué es lo que ha motivado en los últimos meses a todas estar personas a hacerse con un arma, pero el aumento de las ventas es un reflejo de que los europeos se sienten más inseguros que hace unos años.
"No existe una explicación oficial para este aumento, pero por lo general vemos una conexión con los atentados que han tenido lugar en Europa", ha declarado un portavoz de la Policía local suiza, Hanspeter Kruesi. De los 26 cantones de los que se compone el pequeño país alpino, se han registrado aumentos en la compra de armas en al menos 12 de ellos.
Según Kruesi, comprar un arma no significa que los ciudadanos vayan a estar más seguros. "La gente sólo va a conseguir aumentar su responsabilidad penal", ha añadido.
En Suiza, a no ser que el solicitante del permiso sufra problemas mentales o tenga antecedentes penales graves, las autoridades no ponen pegas a la hora de permitir que los civiles posean armas. Hay que tener en cuenta que el país depende en gran medida de los ciudadanos para defenderse, ya que su sistema de seguridad se basa en la participación de miles de soldados y policías que son voluntarios civiles, por lo que las autoridades dan más facilidades que en el resto de países europeos.
"Nadie dice directamente: estoy comprando una pistola por los ataques de Niza o de Múnich", ha explicado el presidente de la Asociación Suiza de Distribución de Armas, Daniel Wyss. "Pero la suma de todos estos eventos ha creado un sentimiento general de vulnerabilidad", ha añadido Wyss.
El parlamentario Jean Luc Addor, miembro del grupo de presión suizo a favor de las armas, defiende que el Gobierno debe suavizar aún más las restricciones. "El Estado no tiene los medios necesarios para poder garantizar la seguridad pública. Muchos ciudadanos, aquellos con el entrenamiento adecuado, deberían poder protegerse a sí mismos y a sus familias", ha explicado.
LOS INMIGRANTES, SUPUESTA AMENAZA
A pesar de que los defensores del uso de armas en muchas ocasiones alegan que es una forma de protegerse de los miles de inmigrantes que han llegado al continente europeo en los últimos meses, no existe ningún tipo de prueba que demuestre que los índices de criminalidad son mayores entre los inmigrantes que entre la población europea.
La Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA), una agencia de la Policía alemana, presentó un informe el pasado mes de junio en el que concluía que alrededor de 69.000 inmigrantes habían cometido o habían tratado de cometer delitos durante el primer cuatrimestre de 2016 en el país. No obstante, en el informe no se comparó esta cifra en ningún momento con el número total de delitos.
Aunque no existan motivos reales para temer a la gran cantidad de inmigrantes que han entrando en territorio europeo en los últimos dos años --en su mayoría son refugiados que huyen de la guerra en Siria y de otros conflicto armados en Oriente Próximo-- muchos ciudadanos europeos se sienten vulnerables ante su presencia.
En Alemania, una serie de agresiones sexuales que tuvieron lugar en Colonia durante Nochevieja el año pasado han disparado la compra de dispositivos de defensa personal. Un joven iraquí y otro argelino han sido condenados por lo sucedido.
Según los vendedores de armas, la demanda volvió a bajar una vez fue pasando el tiempo tras lo ocurrido en Colonia, pero aumentó de nuevo cuando un simpatizante del Estado Islámico detonó una bomba cerca de un festival de música.
Tras estos incidentes, las autoridades alemanas han recibido muchas críticas por su incapacidad para prevenir estos ataques. "Esta tendencia sobre la defensa personal podría ser un motivo de preocupación, en el caso de que implique una erosión en la confianza en el Estado", ha declarado un experto en historia de la Universidad de Dresden, Dagmar Ellerbock.
"EL MIEDO ES UN GRAN ESTIMULANTE"
En Austria, el sector armamentístico ha explicado que el aumento de las ventas se produjo al mismo tiempo que una gran oleada de inmigrantes llegó a sus fronteras desde la conocida como ruta de los Balcanes. "El miedo es un gran estimulante", ha afirmado Robert Siegert, uno de los vendedores de armas más importantes del país.
A pesar de que parece que una gran parte de la población europea cree firmemente que poseer un arma es lo mejor que pueden hacer para garantizar su seguridad, algo que hace 10 años no creían necesitar, hay incluso personas dentro de la industria armamentística que dudan de los beneficios de tener un arma en casa.
"Tengo a gente que viene a mis clases de tiro que quieren proteger a sus familias y a sí mismos", ha contado Marco Schnyder, que gestiona un centro de entrenamiento de defensa personal en Zúrich. "Estarían mucho mejor protegidos si se comprasen un buen sistema de alarma o un perro guardián, la verdad", ha señalado.