DAR ES SALAAM 31 Ene. (Thomson Reuters Foundation/EP) -
La decisión de Tanzania de prohibir la entrada al país de refugiados en grupo podría socavar los esfuerzos para protegerles y proporcionarles ayuda humanitaria, según ha informado este martes el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
El ministro de Interior de Tanzania, Mwigulu Nchemba, anunció la semana pasada que el Gobierno iba a dejar de aceptar a los grupos de refugiados en la frontera e investigará casos individuales antes de conceder el estatus de refugiado.
"Dejaremos de permitir la entrada de refugiados que lleguen en grupo. Cualquiera que busque asilo debe, a partir de ahora, ser evaluado de manera individual por las autoridades", ha asegurado Nchemba.
El país africano alberga a más de 280.000 refugiados y personas que buscan asilo, la mayoría de ellos de República Democrática del Congo y Burundi. En los últimos meses de 2016, al menos 10.000 burundeses llegaban cada mes a Tanzania, donde tres de los campamentos para refugiados están completos.
La representante de ACNUR en Tanzania, Chansa Kapaya, ha asegurado que el movimiento supone que los burundeses que lleguen al país serán tratados como solicitantes de asilo y se enfrentarán a largas esperas para una evaluación individual.
"Pensamos que habrá consecuencias en la calidad de la protección y el suministro de ayuda humanitaria dirigidos a los refugiados", ha añadido Kapaya.
Según ACNUR, los burundeses que han llegado recientemente a Tanzania han asegurado que los jóvenes siguen siendo reclutados por las juventudes del partido del presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, conocidas como Imbonerakure. Si se niegan, la vida de los jóvenes podría estar en peligro.
Más de 300.000 personas han huido de la crisis política que comenzó en Burundi en abril de 2015 cuando Nkurunziza anunció su intención de buscar un tercer mandato, que consiguió en unas elecciones disputadas celebradas en julio de 2015.