BANGKOK, 27 Mar. (Thomson Reuters Foundation/EP) -
Camboya ha comenzado a devolver a los pueblos indígenas la tierra que les fue arrebatada hace décadas para establecer una plantación de goma de una empresa vietnamita, en un paso "sin precedentes" en la nación asiática.
El gobernador de la provincia de Ratanakiri, en el noreste de Camboya, solicitó el martes al Ministerio de Agricultura que retirara de las concesiones de tierra 64 hectáreas que incluyen bosques, humedales y cementerios que pertenecen a decenas de pueblos indígenas.
Hace diez años, el Gobierno dio unas 19.000 hectáreas de terreno pertenecientes a doce pueblos indígenas a la empresa vietnamita Hoang Anh Gia Lai (HAGL). Las comunidades afectadas demandaron en 2014 a HAGL por los "graves" efectos medioambientales y sociales.
La compañía finalmente accedió a cesar las operaciones de limpieza de tierras y a devolver aquellas sobre las que aún no había actuado. Los pueblos indígenas recuperarán 742 hectáreas, de acuerdo con las organizaciones Highlanders Association, Equitable Cambodia e Indigenous Rights Active Members, que han representado a los damnificados.
"Ha llevado más de tres años de diálogo y negociaciones, pero es un tema importante que afecta a las vidas de los indígenas y a sus derechos ancestrales sobre la tierra", ha celebrado Eang Vuthy, director ejecutivo de Equitable Cambodia.
"Esto supone un reconocimiento sin precedentes de los derechos sobre la tierra de los indígenas por encima de los intereses empresariales en Camboya", ha valorado igualmente Dam Chanty, directora ejecutiva de Highlanders Association.
Chanty ha indicado que, si bien se trata de una "gran victoria", los pueblos indígenas todavía esperan una compensación, así como que sus tierras y los ríos que transcurren por ellas sean rehabilitados.
Desde principio de los años 2000, Camboya ha entregado grandes extensiones de terreno a empresas extranjeras para cultivos, minería o centrales eléctricas.
Estos acuerdos, que en 2012 abarcaban más de una décima parte de la superficie camboyana, han desplazado a más de 770.000 personas, según abogados de defensa de los Derechos Humanos.
A raíz de una serie de protestas, el primer ministro, Hun Sen, anunció en 2012 una moratoria sobre las concesiones de tierra y prometió revisar las antiguas. Sin embargo, los activistas aseguran que no ha habido cambios significativos.
A medida que la inversión extranjera ha crecido en Camboya, los litigios han aumentado. El año pasado, un grupo de agricultores denunció en un tribunal de Bangkok que habían sido expulsados de sus tierras por una plantación de azúcar de una empresa tailandesa.
"Los empresarios deben ser hechos responsables de cualquier violación y daño que se produzca cuando ignoran el debido proceso, incluida la consulta con las comunidades locales para obtener su consentimiento", ha reclamado Vuthy.