LONDRES, 5 Ene. (Reuters/EP) -
El primer ministro británico, David Cameron, permitirá a los ministros de su gabinete que hagan campaña en favor de la salida de Reino Unido de la UE en el referéndum que prevé celebrar antes de finales de 2017.
Cameron está tratando de renegociar la relación de Londres con la UE antes de la consulta. El 'premier' ha dicho que quiere que Reino Unido siga dentro de una UE reformada pero no descarta la salida si no puede conseguir cambios en la relación de su país con el bloque.
La cuestión europea ha dividido a las conservadores en las últimas tres décadas y tuvo un papel clave en la caída de los dos predecesores 'tories' de Cameron, Margaret Thatcher y John Major.
Hasta un tercio del gabinete de Cameron, incluida la ministra del Interior, Theresa May; el de Exteriores, Philip Hammond; el de Negocio, Sajid Javid, y el de Trabajo y Pensiones, Iain Duncan Smith, han expresado sentimientos euroescépticos.
En las últimas semanas había habido especulaciones sobre la posibilidad de que algunos ministros euroescépticos podrían dimitir si se les obligaba a hacer campaña a favor de la permanencia en la UE. Cameron ha confirmado este martes en la Cámara de los Comunes que los miembros del Ejecutivo tendrán plena libertad.
En este sentido, ha aclarado que, si bien el Gobierno en su conjunto tendrá una "clara postura", cada uno de sus integrantes podrán adoptar "decisiones personales" sin temor a represalias. "No tengo intención de intimidar a nadie para que vote por una posición con la que discrepa", ha subrayado.
El primer ministro británico ha recordado que, en última instancia, "corresponderá a la ciudadanía decidir el futuro del país votando 'sí' o 'no' a una Unión Europea reformada" con la que los conservadores se comprometieron en la reciente campaña electoral.
El líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, ha apuntado que Cameron "nunca ha querido celebrar" la consulta, contemplada en principio para el año 2017. Corbyn ha advertido de que los líderes de la UE podrían ver las peticiones de Londres para renegociar las relaciones como un "farol".