OTTAWA, 15 Abr. (Reuters/EP) -
El Ejército de Canadá investigará las acusaciones de que sus soldados dispararon por error y terminaron así con la vida de un adolescente afgano, un hecho que después intentaron encubrir, a pesar de que no hay pruebas de que este incidente ocurriera en realidad, según aseguraron este jueves responsables militares.
La acusación --hecha por un antiguo traductor afgano-- coincide con la publicación de las últimas encuestas de opinión que muestran un descenso del apoyo público para la misión canadiense en el país centroasiático, que cuenta con 2.800 efectivos y que está previsto que termine el próximo año.
El jefe del Estado Mayor de la Defensa, general Walt Natinczik, prometió una investigación. "Puedo asegurar a todos los canadienses que evaluaremos todas las acusaciones muy seriamente, y que investigaremos las nuevas acusaciones de manera adecuada", afirmó en un comunicado, y añadió que las Fuerzas Armadas "operan sobre hechos, no sobre insinuaciones".
Un antiguo traductor, Malgarai Ahmadshah, que solía trabajar con las fuerzas canadienses, afirmó que el tiroteo tuvo lugar durante una incursión fallida en octubre de 2007. Ahmadshah aseguró que los soldados intentaron después encubrir la muerte del adolescente.
Ahmadshah, que ayer compareció ante una comisión parlamentaria, aseguró que no había presenciado el incidente pero que lo había escuchado después. Admitió igualmente que no estaba muy contento por la forma en que había sido tratado por los soldados canadienses.
"La admisión por parte del comité de que (Ahmadshah) sólo tiene anécdotas de oídas y que el comité acepta que es cierto que no tiene pruebas habla por sí mismo", indicó el portavoz del Ministerio de Defensa, Peter MacKay.
Canadá, que ha perdido 142 soldados en Afganistán, está firme en su convicción de que retirará a todos sus soldados cuando la misión termine el próximo año. Ahmadshah también aseguró que los soldados canadienses habían transferido a algunos detenidos a la Dirección Nacional de Seguridad de Afganistán para interrogarlos con más detenimiento, lo que, según este afgano, significaba un abuso efectivo.
El Gobierno de Canadá niega las acusaciones de la oposición de que los soldados sabían que algunos de los detenidos que eran transferidos a las autoridades afganas podían ser golpeados o torturados.