LA PAZ, 5 Dic. (Reuters/EP) -
La decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de aceptar la candidatura presidencial de Evo Morales para buscar su cuarto mandato ha provocado este miércoles algunas manifestaciones en La Paz y otros puntos de Bolivia y amenaza con desatar una ola de protestas.
Desde la oposición política han convocado una huelga de 24 horas para el jueves. "Hagamos este paro la señal más grande de protesta", ha dicho el presidente del Comité Cívico, Fernando Cuéllar, en declaraciones recogidas por el diario boliviano 'El Deber'.
En la misma línea, el líder opositor Rubén Costas, jefe de los Demócratas, ha animado a los 2,6 millones de personas que votaron por el 'no' en el referéndum celebrado el 21 de febrero de 2016 sobre la reelección de Morales a salir mañana a las calles. "Hagamos sentir nuestra indignación", ha instado.
Cuéllar ha avanzado que el viernes se reunirán de nuevo para decidir la 'hoja de ruta" para las próximas semanas. A este respecto, ha indicado que no descartan convocar huelgas sucesivas de 24, 48 y 72 horas hasta llamar a una huelga indefinida.
Costas ha comentado que otra medida será recabar firmas para impugnar la decisión del TSE, al que ha acusado de "prevaricación" por "tomar una decisión a sabiendas de que está mal". "Interpretar la Constitución al servicio del (gobernante) Movimiento al Socialismo no anula de ninguna manera la decisión vinculante del 21F", ha defendido.
Por su parte, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, ha aclarado que el Ejecutivo no interferirá en el "paro cívico" del jueves. "Las manifestaciones de observación, rechazo y posicionamiento político merecen todo nuestro respeto y garantías", ha sostenido, según informa la agencia de noticias oficial ABI.
BATALLA JUDICIAL
El Tribunal Supremo Electoral avaló a última hora del martes la decisión del Tribunal Constitucional de permitir la candidatura de Morales y su actual vicepresidente, Álvaro García Linera, por considerar que lo contrario supondría vulnerar sus derechos civiles y políticos de ambos.
El fallo del Constitucional ya causó consternación el año pasado porque supone anular el resultado de la consulta popular, en la que un 51 por ciento de los votantes bolivianos se negó a enmendar la Carta Magna para despejar el camino a Morales hacia la reelección indefinida.
Morales, en el poder desde 2006, llegó a confesar que le preocupaba la expectativa de tener que dejar el cargo porque no había ningún heredero potente a la vista. Si supera el filtro de las primarias y gana las presidenciales de 2019, obtendrá su cuarto mandato.