La organización pide ayuda nacional e internacional para hacer frente a esta crisis
CARACAS, 16 May. (EUROPA PRESS) -
Los casos de desnutrición aguda entre los niños menores de 5 años han superado el umbra de lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como "crisis" en al menos cuatro estados de Venezuela, incluida su capital Caracas, según ha alertado este martes Cáritas en un informe.
La organización caritativa ha estado estudiando la malnutrición infantil en cuatro estados --Caracas, Vargas, Miranda y Zulia-- en los que ha podido constatar que el 11,4 por ciento de los menores de 5 años presentan desnutrición aguda o moderada, por encima del umbral fijado por la OMS, que se sitúa en el 10 por ciento.
La publicación de este informe se produce después de que la semana pasada el Ministerio de Salud reconociera en otro documento que la mortalidad infantil en el país, aquejado por una grave crisis económica y política, había aumentado un 30 por ciento en 2016. Dos días después, el presidente del país, Nicolás Maduro, relevó la titular de esta cartera sin ofrecer explicaciones.
"Estamos extremadamente preocupados, por ello estamos haciendo públicos esta serie de informes", ha explicado la directora de Cáritas Venezuela, Janeth Márquez, precisando que la organización ha estado haciendo seguimiento y ofreciendo ayuda frente a la malnutrición desde octubre en estos cuatro estados.
"Nuestros resultados muestran claramente que los niveles generales de malnutrición están aumentando y que la desnutrición aguda en los niños ha cruzado el umbral de crisis", ha subrayado Márquez, advirtiendo de que "si no respondemos pronto, será muy difícil que estos niños vuelvan a su curva de crecimiento nutricional".
COMER MENOS QUE ANTES O NO COMER
En ocho de cada diez hogares de las 31 parroquias analizadas en el informe de Cáritas sus integrantes comen menos que antes y en casi seis e cada diez alguno de los miembros de la familia deja de comer para que otro pueda hacerlo, en general madres que dejan su comida a sus hijos.
Susana Raffalli, una especialista en emergencias alimentarias que trabaja para Cáritas en Venezuela, ha explicado que en algunas de las zonas analizadas el nivel de desnutrición infantil alcanzaba el 13 por ciento. "Si se compara con el hecho de que la desnutrición aguda era del 3 por ciento hace cuatro años es impactante", ha resaltado, precisando que en octubre era del 8 por ciento. "Está progresando a un ritmo preocupantemente alto", ha alertado.
Según esta experta, ya se están registrando "todas las clásicas imágenes de niños muriendo de hambre". Aunque los niños son los más afectados, los adultos también están sufriendo el impacto de la falta de ingesta de alimentos, especialmente en los pueblos.
En la capital, ha destacado, es normal ver a personas buscando comida en la basura. De acuerdo con el informe, uno de cada doce hogares se alimenta de lo que encuentra en la calle, es decir, de las sobras de restaurantes y lo que encuentra en las papeleras.
Cáritas ha resaltado que la canasta básica de alimentos supone actualmente 16 veces el salario mínimo debido a que la inflación es del 720 por ciento.
AYUDA NACIONAL E INTERNACIONAL
"Es una gran crisis y requiere ayuda nacional e internacional para gestionar la escala del desastre a los más altos niveles de toma de decisión", ha advertido Raffalli. "Los medios de vida se han degradado hasta tal extremo que los más pobres no tienen medios para sobrevivir", ha lamentado.
"La comunidad humanitaria y los ciudadanos de Venezuela tienen que comenzar una respuesta a gran escala ahora", ha reclamado. Raffalli ha subrayado que el sistema sanitario del país se ha desmoronado y los hospitales carecen de medicinas. "En los hospitales ni siquiera tenemos leche de fórmula para los bebés, necesitamos medicinas básicas", ha subrayado.
Cáritas está distribuyendo suplementos alimentarios especializados entre los niños más vulnerables, así como medicinas a personas en riesgo. Además, cuenta con "lugares centinela" donde se comprueba el estado de los niños y realiza visitas a los domicilios, lo que ayuda a identificar a los niños en riesgo para que reciban ayuda.
FALTA DE AGUA POTABLE
A la falta de alimentos se suma, según Cáritas, la falta de agua potable, otro grave riesgo para la salud. "Estamos muy preocupados por el acceso a agua potable", ha reconocido la directora de Cáritas Venezuela, ya que incluso en las zonas urbanas el suministro puede estar interrumpido durante días.
Además de la falta de mantenimiento de las fuentes de agua, "no hay suministros básicos para hacer que el agua sea potable, como el cloro", ha resaltado Márquez. "En muchas zonas, el agua canalizada no es apta para el consumo", ha lamentado.
"Si un niño que está malnutrido enferma con un parásito, obviamente el impacto será mucho peor", ha alertado, incidiendo en que "la situación económica es tan mala que la gente no puede permitirse comprar bombonas de gas, así que no están hirviendo su agua".
Para paliar esta circunstancia, Cáritas está llevando a cabo talleres para enseñar a los venezolanos "cómo protegerse de los parásitos que se transmiten por el agua" y también está distribuyendo "filtros de agua artesanales que se desarrollaron para usarse en África" y enseñando cómo usarlos, ha indicado la directora.
"La respuesta a la crisis alimentaria debe ser una prioridad social y económica, dejando la política a un lado para proteger a los más vulnerables y facilitar el trabajo humanitario de todos aquellos que, oficial o de forma no oficial, tienen contacto directo con aquellos más necesitados en el país", ha remachado Cáritas.