El portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby - Europa Press/Contacto/Ken Cedeno - Pool via CNP
MADRID, 30 Jul. (EUROPA PRESS) -
El portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, ha asegurado este lunes que Israel "tiene derecho a responder" al ataque atribuido al partido-milicia chií libanés Hezbolá, aunque negado por ellos, que dejó doce niños y adolescentes muertos en la localidad drusa de Majdal Shams, en los ocupados Altos del Golán.
"Nuestro apoyo a la seguridad de Israel sigue siendo férreo, y es inquebrantable contra todas las amenazas respaldadas por Irán, incluidas las de Hezbolá. No se puede esperar que ninguna nación tolere el tipo de graves amenazas a las que se enfrentan los israelíes", ha expresado ante los medio de comunicación.
Además, ha reiterado su condena del ataque y ha achacado el ataque al grupo islamista "a pesar de sus negaciones". "Es su cohete, ha sido lanzado desde una zona que ellos controlan", ha añadido, según la cadena de televisión CNN.
Kirby también ha expresado su apoyo a una "solución diplomática" entre ambas partes que ponga fin "a estos terribles ataques de una vez por todas" y permita "a los ciudadanos israelíes y libaneses de ambos lados de la frontera regresar con seguridad a sus hogares"
Por último, ha tildado de "exageradas" las preocupaciones sobre la actual posibilidad de una expansión del conflicto en un momento en el que Israel amenaza con llevar a cabo una operación terrestre en Líbano.
De hecho, el ministro de Finanzas de Israel, Bezalel Smotrich, ha pedido este lunes la reocupación del sur de Líbano y la destrucción mediante la guerra de Hezbolá para "restaurar la seguridad de los residentes en el norte" del país. Unas horas antes, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha prometido una respuesta "dura" contra Hezbolá durante su visita a Majdal Shams, donde ha sido abucheado.
Cientos de personas se han congregado este mismo lunes en Majdal Shams para asistir al funeral de uno de los menores, un día después de que otros diez fueran enterrados el domingo. Las víctimas tenían entre 10 y 16 años y se encontraban jugando al fútbol en un campo de la localidad cuando se produjo el ataque, que también dejó decenas de heridos.