El presidente de Estados Unidos, Joe Biden - Europa Press/Contacto/Jim Watson - Pool via CNP
MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha asegurado este lunes que Washington no estuvo involucrado en la rebelión del Grupo Wagner, compañía de paramilitares contratada por Rusia para la guerra de Ucrania y que este fin de semana ha amenazado con acabar con la cúpula militar rusa.
En declaraciones a la prensa, el mandatario ha asegurado que fue informado "hora a hora" de los acontecimientos en Rusia y que llegó incluso a convocar una reunión telemática de los principales socios. "Dejamos claro que no estábamos involucrados. No tuvimos nada que ver", ha dicho.
"Esto ha sido parte de una lucha interna del sistema ruso. Vamos a seguir evaluando las consecuencias de los acontecimientos de este fin de semana y las implicaciones para Rusia y Ucrania, pero aún es demasiado pronto para llegar a una conclusión definitiva sobre hacia dónde va esto", ha añadido Biden.
Previamente, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Adam Hodge, ha aseverado que Estados Unidos "no estuvo involucrado y no se involucrará en esta situación" que, tal y como más tarde ha remarcado Biden, es un "asunto interno" de las autoridades militares rusas.
Las declaraciones de Biden y el Consejo de Seguridad Nacional se dan después de que el ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, aludiese a una posible participación ucraniana e incluso occidental en el intento del Grupo Wagner de asestar un duro golpe a la cúpula militar rusa.
Lavrov ha apuntado que su Ministerio no tiene capacidad para impulsar investigaciones en este sentido, aunque ha manifestado que otras entidades gubernamentales probablemente sí estén ahora tratando de dilucidar si la rebelión militar del Grupo Wagner ha podido estar impulsada desde el extranjero.
La rebelión del Grupo Wagner, liderada por el jefe de la organización, Yevgeni Prigozhin, comenzó a última hora del viernes con la toma de la ciudad rusa de Rostov, sede del mando sur del Ejército, con la intención de dirigirse hacia Moscú para pedir explicaciones al Ministerio de Defensa por matar presuntamente a sus hombres en un bombardeo.
En pleno pulso con el Kremlin y a pocos cientos de kilómetros de Moscú, el convoy dio media vuelta en la tarde del sábado gracias a la mediación del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, en un acuerdo para parar la revuelta, amnistiar a los mercenarios y mandar al exilio a Bielorrusia a Prigozhin.