WASHINGTON, 5 Oct. (Reuters/EP) -
La Casa Blanca ha calificado de "gran tragedia" el bombardeo que tropas estadounidenses efectuaron el sábado sobre el hospital que Médicos Sin Fronteras (MSF) posee en la ciudad afgana de Kunduz, que ha dejado 22 muertos.
"Es una gran tragedia", ha dicho en la rueda de prensa diaria el portavoz gubernamental Josh Earnest, ratificando la voluntad de Estados Unidos de evitar víctimas civiles y recalcando que hay tres investigaciones en marcha sobre lo ocurrido.
El Gobierno de Barack Obama ha cambiado de versión este lunes, asegurando que sus fuerzas intervinieron a petición de las afganas, que les informaron de que estaban siendo atacadas desde esa posición. Anteriormente había dicho que el ataque fue ordenado por el mando estadounidense por "error".
El presidente de MSF España, Joan Tubau, ha criticado que la "descripción" que hace Estados Unidos de lo ocurrido "no deja de cambiar: de 'daños colaterales', a un 'trágico incidente', y ahora, a intentar descargar la responsabilidad sobre el Gobierno de Afganistán".
"La realidad es que ha sido Estados Unidos quien ha lanzado estas bombas. Los ataques aéreos de Estados Unidos golpearon un hospital completamente lleno de pacientes heridos y de personal de MSF", ha subrayado.
MSF asegura que el 29 de septiembre había informado tanto a las fuerzas estadounidenses como a las afganas de la localización exacta del hospital y que, incluso media hora después de avisar de las primeras bombas a los dos mandos, los proyectiles siguieron cayendo.