La MINUSCA atribuye el ataque "elementos 'anti-balaka'", ocho de los cuales murieron en el enfrentamiento
MADRID, 9 May. (EUROPA PRESS) -
Cuatro efectivos de la Misión de la ONU en República Centroafricana (MINUSCA) han muerto y otro más permanece desaparecido como consecuencia del ataque sufrido el lunes por la noche por un convoy cerca de Bangassou, en el sureste del país, según ha informado la misión este martes.
Inicialmente, la MINUSCA había informado de un muerto y cuatro desaparecidos, pero en un segundo comunicado ha informado de que "por desgracia, tres de los cuatro desasparecidos han sido encontrado muertos", mientras que el cuarto sigue en paradero desconocido.
Según ha explicado, el convoy había partido de Rafai y se dirigía a Bangassou, 474 kilómetros al este de Bangui, cuando fue atacado por "elementos armados" en torno a las 20.00 horas cerca de Yogofongo, a 20 kilómetros de su destino.
Además de los tres muertos, entre los que hay al menos un soldado camboyano, otros ocho efectivos resultaron heridos --siete marroquíes y un camboyano--, según la MINUSCA. La Misión había indicado que los cuatro desaparecidos eran tres camboyanos y un marroquí, pero por el momento no ha aclarado la nacionalidad de los tres fallecidos.
Según ha aclarado en su segunda nota, en el tiroteo que siguió al ataque, del que ha responsabilizado a elementos 'anti-balaka', también murieron ocho de los asaltantes, mientras que varios más resultaron heridos. Las milicias 'anti-balaka' están integradas principalmente por cristianos y surgieron en respuesta a las milicias Séléka, integradas mayoritariamente por musulmanes.
La MINUSCA envió inmediatamente un helicóptero y refuerzos para asegurar el lugar y buscar a los desaparecidos, mientras que un avión medicalizado evacuó a los heridos, que fueron trasladados a Bangui, donde está recibiendo tratamiento.
"La MINUSCA denuncia este odioso ataque contra las fuerzas de paz cuya presencia en suelo centroafricano no tiene otro objetivo que ayudar al país a proteger a su población y permitir a RCA emerger del ciclo de violencia provocado por grupos armados", ha lamentado la misión.
En este sentido, la misión de la ONU ha dejado claro que "hará todo lo posible para que los autores del ataque sean detenidos y llevados ante la justicia" y ha recordado que poner en peligro la vida de un 'casco azul' "puede ser considerado un crimen de guerra".
RIESGO DE VOLVER AL CAOS
La semana pasada, las agencias de la ONU y varias ONG habían advertido de que con una quinta parte de la población desplazada y casi la mitad necesitada de ayuda humanitaria, RCA se enfrenta al riesgo de volver a verse sumida en el caos al que la llevó el enfrentamiento entre los milicianos de Séléka, principalmente musulmanes, y las milicias 'anti-balaka', predominantemente musulmanas, que estalló en 2013.
Actualmente, hay más de 884.000 desplazados y unos 2,2 millones de personas necesitadas de ayuda humanitaria en el país, donde la ausencia de una presencia del Estado en buena parte del territorio hace que sean los actores humanitarios los que cubran más del 50 por ciento de los servicios básicos.
Según UNICEF, la frágil recuperación, la violencia esporádica y la inestabilidad suponen una amenaza para la vida y el futuro de más de un millón de niños en el país a menos que reciban un mayor apoyo.
El ataque contra el convoy de la MINUSCA se produce después de que la semana pasada el coordinador humanitario de la ONU en RCA, Michael Yao, denunciara que desde marzo de este año se han producido 16 ataques contra los actores humanitarios en el país, solo en la prefectura de Ouham, en el norte. En total, desde que comenzó 2017, ha habido 33 incidentes en el país, lo que lo convierte en uno de los más peligrosos para los trabajadores humanitarios.