MARAWI, 3 Jul. (Reuters/EP) -
Habitantes de Marawi han formado pequeños escuadrones para asistir a las víctimas de los combates entre las fuerzas de seguridad y el Grupo Maute, que han dejado más de 400 muertos desde que los milicianos islamistas se atrincheraron en la ciudad filipina, el pasado mes de mayo.
Saripada Pacasum Jr., de 39 años, lidera a un grupo de 30 jóvenes que hacen batidas diarias para rescatar a los civiles afectados por los combates y recuperar los cadáveres de quienes no han logrado sobrevivir, en un campo de batalla infestado de francotiradores.
La primera vez que Pacasum Jr. vio un cadáver estuvo a punto de vomitar. "Casi dejo el trabajo. No estaba preparado para esto", ha contado a Reuters. Pero se repuso y desde entonces ha ido sumando compañeros hasta formar lo que los vecinos de Marawi han bautizado como "cascos blancos" o "escuadrones suicidas", por los riesgos a los que se enfrentan.
"Todos hemos crecido en Marawi y nos rompe el corazón ver que está bajo sitio", ha dicho, por su parte, Abdul Azis Lomondot Jr., un estudiante de 25 años que ahora trabaja como "casco blanco" porque ha visto cómo muchos de sus vecinos --otros alumnos, agricultores, ganadores, pescadores y comerciantes-- han perdido la vida estos meses.
Lomondot Jr. ha explicado que actúan cuando reciben una llamada de socorro para rescatar a civiles que han quedado atrapados entre los escombros de los edificios destruidos por los combates. "Entonces cogemos nuestros casos, escaleras y herramientas y vamos", ha precisado.
Una de estas misiones estuvo a punto de fracasar porque se metieron en zona de combate intentando rescatar a cuatro ancianos. "En ese momento estaba aterrado porque pensé que podía ser una emboscada" en vez de una llamada de socorro, ha recordado Pacasum Jr. Finalmente pudieron rescatarlos pero tuvieron que salir de allí en medio del fuego cruzado.
Los soldados filipinos han empezado a proteger a los "cascos blancos", algo que, según ha explicado Pacasum Jr., aunque es positivo, puede convertirles también en objetivo de los terroristas. "Este trabajo es muy estresante", ha subrayado.
Pacasum Jr. solo quiere que la lucha en Marawi, que ya ha dejado 460 muertos, entre ellos 44 civiles y 82 miembros de las fuerzas de seguridad, acabe cuantos antes. "Muchos de los voluntarios son jóvenes", ha destacado. "Yo también tengo hijos y quiero verles crecer", ha remachado.