MADRID 13 Ene. (EUROPA PRESS) -
Unos 1,8 millones de personas simpatizantes de la influyente secta cristiana Iglesia ni Cristo (INC) se han manifestado este lunes en Manila para protestar contra los tres procesos de destitución iniciados contra la vicepresidenta filipina, Sara Duterte.
La convocatoria ha tenido también eco en otras doce ciudades del país en lo que supone una demostración de fuerza en su disputa con su antiguo aliado y ahora rival, el presidente Ferdinand Marcos Jr., informa la prensa filipina.
Duterte, hija del expresidente Rodrigo Duterte, no ha participado en la manifestación, pero ha publicado un vídeo en su cuenta en Facebook poco después del fin de la protesta en el que ha destacado la "unidad y cooperación" de quienes "quieren la paz y el bienestar de nuestra nación". "Gracias por amar a nuestro país", ha indicado.
La INC es un actor clave de la política filipina, ya que sus 2,8 fieles votan en bloque en las elecciones a la opción que decida la cúpula de la organización y hay previstas unas elecciones de medio mandato para el mes de mayo.
Los convocantes aseguran que el acto de este lunes no es un evento político, sino un llamamiento a la unidad para instar a las dos figuras más importantes de la política filipina a cesar en el conflicto y concentrarse en las cuestiones importantes.
"Queremos que nuestro gobierno esté unido, que se concentre en arreglar los problemas del país en lugar de iniciar un proceso de destitución de uno de nuestros líderes", ha explicado uno de los asistentes, Rodel Dayrit, de profesión soldador, en declaraciones a 'The Straits Times'.
Muchos de los asistentes han llegado a la capital en autobuses y han dormido en tiendas de campaña en el parque Rizal, donde se ha montado el escenario del acto. Los participantes iban vestidos de blanco y portaban logotipos del "Acto Nacional por la Paz" y pancartas con lemas como "Paz, no política" o "Servicio, no intereses personales".
Duterte está siendo procesada para su destitución en tres casos distintos relacionados con la malversación de fondos públicos. Duterte niega las acusaciones, pero conmocionó al país en noviembre tras amenazar públicamente con el asesinato de Marcos.
El propio Marcos se ha distanciado de los procesos de destitución impulsados por sus aliados políticos en el Parlamento y los ha calificado de "tormenta en una taza de té".