Un 25 por ciento de la población se encuentra en peligro a medida que el futuro de la clase media "pende de un hilo"
MADRID, 11 Abr. (EUROPA PRESS) -
Casi la mitad de la población de Birmania se encuentra sumida en la pobreza a medida que se prolonga el régimen de la junta militar que gobierna el país desde el golpe de Estado de 2021, según un informe publicado este jueves por el Programa de la Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
La cifra de personas que carece de ingresos suficientes se ha duplicado desde 2017, lo que supone que ahora el 49,7 por ciento de la población birmana sufre los efectos de la pobreza --en comparación con el 24,8 por ciento que se enfrentaba a esta situación hace ocho años--.
El documento, que alerta de que otro 25 por ciento de la población se encuentra en riesgo de pobreza, señala que solo el 20 por ciento de la población ha registrado un ingreso per cápita más alto que en el pasado. Estos ingresos, no obstante, siguen estando muy por debajo de lo necesario para considerarse clase media, tal y como recoge el texto.
El PNUD ha alertado de que el país se dirige a la "desaparición de la clase media" dado que al menos un 76 por ciento de la población se enfrenta a la "inseguridad de subsistencia". Así, ha pedido ayuda inmediata por parte de la comunidad internacional a para los hogares, especialmente ante la "vulnerabilidad" presentada por mujeres y niños, que nuevamente son los más golpeados por esta situación.
En su informe 'Pobreza y Economía del Hogar en Birmania: Una Clase Media en Desaparición', el PNUD ha indicado que es precisamente esta clase la que se ha reducido un 50 por ciento durante los últimos tres años, lo que apunta a un aumento de la pobreza debido a la creciente inseguridad derivada de los enfrentamientos, conflictos y problemas económicos a los que se enfrenta el país asiático.
A medida que las inversiones extranjeras caen estrepitosamente, Birmania se enfrenta a numerosos desafíos: la recesión ha dejado numerosas víctimas a nivel económico y el país tiene aún que recuperarse de forma significativa de la contracción sufrida en 2021. La posibilidad de que la clase media contribuya a hacer frente a los problemas económicos para favorecer una pronta recuperación es cada vez menor, según el PNUD.
"Los nuevos datos muestran que menos del 25 por ciento de la población de Birmania logra asegurar ingresos estables para vivir por encima del umbral de pobreza. Sin intervenciones inmediatas para proporcionar transferencias de efectivo, seguridad alimentaria y acceso a servicios básicos, la vulnerabilidad seguirá aumentando y los efectos se sentirán durante generaciones", ha afirmado el administrador jefe del PNUD, Achim Steiner.
"Hacemos un llamamiento a todas las partes interesadas, dentro y fuera de Birmania, para que tomen medidas y eviten que los hogares vulnerables caigan en una pobreza y desesperación irreversibles", ha aseverado. Según el informe, la mitad de todos los hogares carece de una fuente de ingresos secundaria, mientras que aquellos que se encuentran encabezados por mujeres tienen 1,2 veces más probabilidades de vivir en la pobreza respecto a los encabezados por hombres.
RECORTE DE GASTOS
Tras entrevistas a más de 12.000 hogares en todo el país, el PNUD ha hallado indicios de que la mayoría de las familias y hogares se han visto obligados a recurrir a diversos mecanismos de supervivencia, a menudo "insostenibles", que incluyen el recorte de gastos en áreas como la atención sanitaria o la educación.
En este sentido, el informe advierte de que la clase media "pende de un hilo" a pesar de que este país fue en el pasado una de las economías de más rápido crecimiento en la región de Asia y el Pacífico. Sin embargo, la situación es alarmante ante el estancamiento de los salarios, la movilidad limitada y el deterioro de las condiciones del mercado laboral.
Para la mitad de los hogares encuestados, la situación se ha visto agravada por la pérdida de ingresos secundarios, un sustento económico que permitió a muchas familias mantener su estatus socioeconómico. Además, la exclusión de las inversiones en capital humano, como en salud y educación, socava a las generaciones futuras, tal y como refleja el documento.
Las disparidades regionales internas exacerban aún más la crisis. Las zonas asoladas por conflictos muestran niveles de pobreza elevados atribuidos a factores como la destrucción de viviendas, el acceso restringido a las tierras agrícolas y un aumento de las poblaciones de desplazados internos, lo cual conduce a una mayor inestabilidad y dificultades económicas.
El estado de Kayah ha registrado la mayor caída de ingresos. Sagaing, Tanintharyi y Rajine también han experimentado caídas significativas, con el 40, 37 y 36 por ciento de los hogares afectados, respectivamente.
Además, la probreza parece ir extendiéndose a las zonas urbanas, lo que afecta a zonas que fueron anteriormente prósperas, como Mandalay y Rangún, entre otras. Es por ello que el PNUD ha hecho hincapié en la necesidad de lograr un "apoyo urgente a nivel internacional adaptado a las necesidades específicas de las diversas comunidades que residen en el país, tanto en zonas urbanas como rurales".
"Estos datos alarmantes y las voces aquí representadas muestran cuán extendido es el impacto combinado del conflicto y la crisis económica. Por lo tanto, ese apoyo debe llegar a todas las comunidades vulnerables dondequiera que estén", ha afirmado Kanni Wignaraja, director regional del PNUD para Asia y el Pacífico.