MADRID, 30 (EUROPA PRESS)
Ya son al menos 25 los fallecidos --incluidos cuatro menores-- por las inundaciones que han arrasado esta semana varios condados del estado de Kentucky, tras la confirmación a primera hora de este sábado de tres nuevos fallecidos en el condado de Breathitt, según ha hecho saber el gobernador del estado, Andy Beshear, en su cuenta de Twitter.
El estado se prepara para nuevas lluvias en las próximas horas en medio de la situación de catástrofe declarada ayer por la Casa Blanca para facilitar las tareas de rescate y recuperación.
"Para todos los que viven en el este de Kentucky, estaremos allí para ayudar hoy, y en las próximas semanas, meses y años. Vamos a superar esto juntos", ha hecho saber.
Beshear ha lamentado que la cifra de fallecidos podría acabar incluso duplicada a lo largo de este fin de semana mientras prosiguen las operaciones de salvamento. De hecho, ha advertido de que podrían seguir apareciendo cuerpos "durante semanas".
No hay aún datos seguros sobre los desaparecidos, ya que en algunas zonas todavía no hay cobertura de teléfono, ha explicado Beshear en rueda de prensa, según recoge el diario 'The Hill'.
El gobernador ha explicado que el estado está en modo búsqueda y rescate y ha advertido de que podrían pasar días e incluso semanas hasta que se pase a una fase de reconstrucción.
Los condados de Breathitt, Clay, Floyd, Johnson, Knott, Leslie, Letcher, Magoffin, Martin, Owsley, Perry, Pike y Wolfe han sido los más afectados por estas inundaciones y serán los primeros en recibir la ayuda federal correspondiente a esta declaración.
Los esfuerzos de rescate, informa CNN, se han visto obstaculizados debido a constantes cortes del suministro de energía que comenzaron el miércoles, al principio de las inundaciones, y han proseguido hasta esta misma madrugada. Mientras, la Guardia Nacional ha rescatado por aire a más de un centenar de personas.
Aproximadamente un total 17.000 hogares y negocios se han quedado a oscuras durante esta pasada noche, según PowerOutage.us.
Kentucky se convierte así en escenario de su segunda catástrofe climática en poco más de siete meses, tras la ola de tornados que arrasó el estado en diciembre del año pasado y que dejó al menos 74 muertos.