Save the Children destaca que casi medio millón de niños sufren las peores consecuencias de la desnutrición
MADRID, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -
Alrededor de 3,6 millones de personas corren el riesgo de sufrir inseguridad alimentaria grave en Níger, cerca de una séptima parte de la población del país, según ha alertado este jueves organización no gubernamental Save the Children, que ha apuntado que esta cifra es un 57 por ciento más alta que en 2021.
La ONG ha destacado que casi medio millón de niños menores de cinco años sufren las peores consecuencias de la desnutrición y ha agregado que cerca de 36.000 personas han llegado en los últimos seis meses al país huyendo de la violencia en Malí, Burkina Faso y el norte de Nigeria.
Así, ha recordado que el país africano ha sufrido en los últimos años una devastación de los cultivos y el ganado por las escasas lluvias, lo que agrava la desertificación, mientras que el aumento de los precios de los alimentos a causa de la guerra en Ucrania está ahondando la crisis humanitaria. El país hace frente además a epidemias como el sarampión y el cólera, mientras que la inseguridad ha causado el cierre de casi 800 escuelas.
"Las esperanzas para este año están empezando a desvanecerse, con previsiones que muestran que la situación alimentaria probablemente se deteriorará aún más durante la temporada de escasez", ha dicho la directora de Save the Children en Níger, Ilaria Manunza. La temporada de escasez comienza en junio, cuando los alimentos producidos en la cosecha anterior se comienzan a agotar y se hacen más costosos y difíciles de adquirir, y termina en octubre.
En este sentido, Manunza ha hecho hincapié en que "mientras la atención del mundo se centra en la guerra de Ucrania y en otras crisis, la vida de los niños y niñas del Sahel está en peligro". "La situación que sufren los niños y niñas se presenta como algo terrible, habremos fracasado si no respondemos a tiempo para ayudarlos", ha manifestado.
Adamou Moumouni, un médico en un centro de Save the Children para niños desnutridos en la ciudad de Maradi, ha explicado que "durante la época de escasez aumentan los casos de desnutrición". "Aquí, de 100 camas, ya están ocupadas 75. Prevemos un déficit de camas en relación con el número de niños y niñas ingresados, que seguirá aumentando hasta diciembre", ha añadido.
La ONG ha destallado que la mayoría de los refugiados llegados a Níger son mujeres y niños que necesitan alimentos, agua, refugio y ropa, así como acceso a servicios básicos como la atención sanitaria y la educación. Se calcula que este año 6,3 millones de niños menores de cinco años sufran desnutrición en la región del Sahel, entre ellos más de 1,4 millones que sufrirán desnutrición severa, un aumento del 62 por ciento respecto a 2018.
Hadjara, una refugiada nigeriana de 35 años, ha relatado que ella y sus tres hijos recibieron alimentos por última vez "hace tres o cuatro meses". "Me dedico a la venta de pasteles de mijo o compro y vendo cosas. Pido prestado dinero o grano al pueblo vecino con las comunidades locales y cuando termino el día, devuelvo el préstamo", ha apuntado. "Quiero que todo cambie, todo, para mí y mi familia. Quiero comida. Quiero que mis hijos vayan a la escuela", ha subrayado.
"Níger, y todo el Sahel, se enfrenta a una inseguridad alimentaria de proporciones desconocidas. Es imprescindible que la comunidad internacional se movilice para eliminar el bloqueo de cereal que hay en este momento en Ucrania", ha apuntado el director ejecutivo de Save the Children en España, Andrés Conde, quien ha viajado esta semana al país para documentar la situación.