MADRID, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -
Unos 800 niños menores de cinco años, 300.000 al año, mueren cada día a causa de enfermedades diarreicas vinculadas a una higiene, saneamiento y agua inadecuados. Un informe de varias organizaciones, presentado este jueves, señala que allí donde las cifras de utilización del retrete son bajas, las tasas de diarrea, y por tanto de desnutrición, suelen ser altas.
El informe 'Mejorar los resultados de nutrición con mejor agua, saneamiento e higiene' --presentado por el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), USAID y la Organización Mundial de la Salud-- reúne por primera vez el resultado de investigaciones y estudios que demuestran la relación entre la falta de higiene y la desnutrición. Múltiples episodios de diarrea alteran permanentemente el intestino de los menores de cinco años, impidiendo que absorban nutrientes esenciales, lo que les sitúa en peligro de desnutrición crónica e, incluso, de muerte.
La desnutrición aguda grave, entendida como una combinación de falta de alimentos y enfermedades infecciosas, mata cada día a 8.000 niños en el mundo y es causa de la mitad de las muertes entre menores de cinco años. La falta de saneamiento, y en especial la defecación al aire libre, contribuyen a la propagación de la enfermedad que aparece como resultado de la incidencia de la diarrea y la propagación de los parásitos intestinales.
"Necesitamos adoptar soluciones concretas e innovadoras para resolver el problema del lugar donde la gente va al retrete; de lo contrario, estamos fallando a millones de nuestros niños más pobres y vulnerables", ha señalado el director de los programas mundiales de agua, saneamiento e higiene de UNICEF, Sanjay Wijesekera. La desnutrición es un aspecto más que refuerza el grado en que nuestras medidas en materia de saneamiento tienen que estar interconectadas para lograr el éxito, ha explicado.
MÁS DE 300.000 NIÑOS MUEREN POR DIARREA
En el mundo se producen 1.700 millones de casos de diarrea al año entre niños menores de cinco años, aunque la frecuencia es más alta en países de bajos ingresos (con un promedio de tres episodios por año) y entre niños menores de dos años, más débiles y vulnerables.
Cerca de 300.000 menores de cinco años mueren al año por esta infección, lo que representa un 9 por ciento de los fallecimientos anuales entre este colectivo. Los niños del África subsahariana y Asia meridional están particularmente en riesgo.
La enfermedad se transmite de manera fecal-oral, ya que los gérmenes se ingieren debido al contacto con heces infectadas. Los parásitos intestinales, del tipo de los áscaris, tricocéfalos y anquilostomas, se transmiten a través de la tierra contaminada en las zonas donde se practica la defecación al aire libre. El anquilostoma es una causa importante de anemia en las mujeres embarazadas, que a su vez motiva que los bebés tengan bajo peso y estén desnutridos.
"NO HAY EXCUSAS PARA NO ACTUAR"
Algunos países han logrado importantes progresos en cuanto a la higiene y estado nutricional de sus niños. Según UNICEF, muchos han utilizado con éxito el programa de la organización, 'Saneamiento total', mediante el cual las poblaciones afectadas diseñan soluciones locales al problema de la defecación.
"No hay excusas para no actuar sobre el acceso a los retretes, incluso en las comunidades más pobres o durante las situaciones de emergencia", ha afirmado Wijesekera. "Por otra parte, hay millones de razones --todos y cada uno de los niños que padecen desnutrición crónica o aguda, o peor aún, que se enferman y mueren --para tratar esto con la urgencia que merece", ha añadido.
Pakistán cumplió el Objetivo de Desarrollo del Milenio de 2015 de reducir a la mitad la proporción de personas que en 1990 no tenían acceso a un saneamiento mejorado. Usando el enfoque planteado por el órgano de la ONU, comunidades enteras abandonaron la práctica de la defecación al aire libre, mejorando los indicadores de salud y nutrición en su población infantil. En Malí también se utilizó este programa con resultados igualmente positivos.
Etiopía logró la mayor reducción a nivel mundial. A pesar del crecimiento de la población, la práctica de defecación al aire libre se redujo de un 92 por ciento (44 millones de personas) en 1990 a un 29 por ciento (28 millones de personas) en 2015.
Para seguir avanzando contra la desnutrición infantil, UNICEF Comité Español ha puesto en marcha su campaña 'Ahora no podemos parar', que pretende trasladar a nuestra sociedad los avances realizados y los grandes retos pendientes para seguir salvando vidas. La desnutrición aguda grave sigue poniendo en peligro la vida de 17 millones de niños en el mundo.