DAKAR 23 Nov. (Reuters/EP) -
Alrededor de un millón de personas residentes en el lago Chad se han quedado aisladas a la entrega de ayuda humanitaria debido a las operaciones de la secta islamista Boko Haram, que el año pasado juró lealtad al grupo yihadista Estado Islámico.
El coordinador humanitario de Naciones Unidas para el Sahel, Toby Lanzer, ha indicado que el organismo internacional "calcula que hay un millón de personas en áreas y localidades a las que no se ha podido llegar".
"Estamos muy preocupados por la situación de seguridad. No creemos que la crisis esté cerca de su final", ha agregado, en declaraciones a la Fundación Thompson Reuters.
La violencia de Boko Haram ha provocado el desplazamiento de más de 100.000 personas en el lago Chad, ubicado en la frontera entre Chad, Camerún, Níger y Nigeria.
Los ataques de la secta islamista se han saldado con unos 15.000 muertos y más de 2,6 millones de desplazados desde que el grup tomó las armas hace siete años.
A finales de octubre, el coordinador humanitario adjunto de Naciones Unidas en Nigeria, Peter Lundberg, advirtió de que el país africano hace frente a la peor crisis humanitaria del continente.
Asimismo, resaltó la semana pasada 75.000 niños residentes en el noreste de Nigeria corren el riesgo de morir de hambre "en los próximos meses", afirmando que el organismo no tiene fondos suficientes para hacer frente a la crisis.
El Ejército de Nigeria, con ayuda de las Fuerzas Armadas de varios países colindantes, ha recuperado gran parte del territorio que se encontraba desde 2015 en manos de Boko Haram, que continúa atacando las áreas del norte del país, así como varias regiones de Camerún y Níger.