El ministro de Salud apela a la "responsabilidad" de los ciudadanos
MADRID, 11 Jun. (EUROPA PRESS) -
Chile ha superado este jueves la barrera de los 150.000 casos de COVID-19 al sumar en el último día otros 5.500 contagios más, lo que le mantiene como el tercer país latinoamericano más castigado por detrás de Brasil y Perú.
Según los datos ofrecidos por el subsecretario de Salud Pública, Arturo Zúñiga, el miércoles se contabilizaron 5.596 casos nuevos, de los cuales 5.089 presentaron síntomas y 507 son asintomáticos. Con ello, el total se sitúa en 154.092. Por otra parte, fallecieron 173 personas más, por lo que el balance de víctimas mortales se eleva a 2.648.
Actualmente, según el subsecretario, citado por Agencia Uno, hay 1.618 pacientes internados en unidades de cuidados intensivos, de los cuales 1.379 están con ventilación y 386 en estado crítico.
En estos momentos, hay disponibles 331 ventiladores en el país y 452 máquinas de anestesia utilizadas para dar ventilación mecánica, llegando a un total de 783 equipos de ventilación invasiva. Además, hay 12.310 plazas o camas disponibles para personas que tengan que cumplir cuarentena.
Por su parte, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, ha hecho balance de los 100 días de pandemia en el país y la apuesta del Gobierno de Sebastián Piñera por "cuarentenas dinámicas" para frenar la propagación. "Esta estrategia no es propia de Chile, es la estrategia que han tomado la mayoría de los países del mundo", ha subrayado.
Asimismo, ha incidido en que las proyecciones de los científicos "respecto a cómo iba a ser el comportamiento respecto de esta pandemia ha tenido diferencias muy fundamentales" en todo el mundo. Por ello, ha evitado hacer predicciones de lo que pueda suceder en los próximos 100 días.
"Creo que hay que tener una cautela enorme para tratar de hacer una proyección", ha sostenido, según 'El Mercurio', prometiendo que el Gobierno pondrá a disposición más plazas sanitarias o más UCI de ser necesario porque "están los recursos disponibles".
Por ello, Mañalich ha aprovechado para hacer "un llamado a la tranquilidad de la población, pero sobre todo a tener un grado de responsabilidad que, hasta ahora, no hemos tenido y ha obligado al Ministerio del Interior a tomar medidas mucho más estrictas de control de algo que debería ser esencialmente autoimpuesto, como ha ocurrido en los países del primer mundo".