PEKÍN, 2 Jun. (Reuters/EP) -
Las autoridades chinas han señalado este jueves que no existe discriminación religiosa alguna en la región autónoma de Xinjiang, en el oeste del país, y que no se producirá ningún tipo de interferencia durante la celebración del Ramadán.
La fiesta musulmana, que comienza la próxima semana, suele ser motivo de disputas en la zona, que ha registrado altercados en años anteriores. El Gobierno chino ha acusado en los últimos años a milicianos islamistas de ataques que han dejado cientos de muertos y heridos.
Las autoridades de Xinjiang han intensificado los controles sobre las prácticas religiosas llevadas a cabo por la minoría étnica uigur durante el Ramadán, lo que ha provocado la crítica de varios grupos de activistas, que han denunciado que se ha prohibido rendir culto a algunas personas y que se ha forzado a los restaurantes a permanecer abiertos.
Los musulmanes de todo el mundo celebran el Ramadán, y muchos de ellos se abstienen de comer y beber durante el día. "Durante el mes sagrado de Ramadán abrir o cerrar los restaurantes es una decisión que toman los dueños de los establecimientos sin interferencia alguna por parte del Estado. Ningún ciudadano sufre discriminación o un trato injusto por creer o no creer en una religión en concreto. La libertad de culto es respetada", ha expresado el Gobierno en un informe sobre la libertad religiosa en Xinjiang.
Las autoridades legales y religiosas de la ciudad de Horgos, cerca de la frontera con Kazajistán, ordenaron en mayo que se llevaran a cabo inspecciones en más de 30 restaurantes e hicieron garantizar a sus dueños que "durante el Ramadán se ofrecería el servicio de forma normal".
Grupos de defensa de los Derechos Humanos y algunos ciudadanos que se encuentran en el exilio han manifestado que uno de los mayores problemas en Xinjiang es el control que ejerce el Gobierno chino sobre la cultura uigur, como la prohibición del uso del velo.
Uno de los portavoces del Congreso Mundial Uigur, Dilxat Raxit, ha informado a través de correo electrónico de que Estados Unidos tiene la responsabilidad de presionar a China para que las creencias de los uigures se respeten. "Las mentiras de China no deberían tapar la verdad" sobre las prohibiciones y restricciones existentes en relación con la libertad de culto", ha añadido Raxit.
El miembro del Partido Comunista Shket Imin ha insistido en que los niños menores de 18 años no deben acudir a las mezquitas. China, por su parte, dice proteger la libertad de religión. Sin embargo, sólo permite el funcionamiento de las instituciones religiosas reconocidas por el Estado.