Actualizado: jueves, 5 mayo 2016 14:39


PEKÍN, 5 May. (Reuters/EP) -

China ha presentado una protesta diplomática contra Estados Unidos después de que una comisión del Gobierno estadounidense denunciara que la violación de la libertad religiosa en China continúa siendo grave, según ha informado el Ministerio de Asuntos Exteriores este jueves.

La Comisión Internacional de Libertad Religiosa de Estados Unidos, un órgano bipartito del Gobierno federal, ha informado en un comunicado de que se han producido "abusos sistemáticos y atroces" en China contra cristianos, budistas y musulmanes, entre otros.

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Hong Lei, ha aseverado que China respeta la libertad religiosa pero que, aún así, Estados Unidos insiste año tras año en atacar al país asiático, ignorar los hechos y distorsionar la situación.

"China se opone a todo esto y ha presentado una protesta diplomática", ha comentado Hong Lei en una sesión informativa. "Reclamamos que Estados Unidos se posicione de forma justa y objetiva respecto a las políticas chinas sobre la libertad religiosa de los ciudadanos y que deje de usar este asunto para interferir en los asuntos internos del país. Estados Unidos debería fijarse más en sus problemas y no únicamente en los de otros países", ha añadido.

La protesta insta al Departamento de Estado estadounidense a reformular la acusación de que el Gobierno chino es uno de los países que más violan los Derechos Humanos, junto a Birmania, Irán, Corea del Norte y Arabia Saudí.

El país asiático ha tratado de establecer garantías de libertad religiosa. Sin embargo, las críticas se ciernen sobre el Partido Comunista, ahora en el poder, que reconoce solo un puñado de religiones, entre las que se encuentran el budismo, taoísmo, islam, catolicismo y protestantismo, cuyos seguidores deben encontrarse bajo la supervisión de asociaciones religiosas patrióticas.

Las minorías religiosas, especialmente los uighur musulmanes de la región de Xinjiang, en el oeste de China, y los budistas tibetanos, son sometidos a diversos controles relacionados con su fe, lo que provoca agitación social, según han explicado activistas y exiliados.

El Gobierno se ha topado con una resistencia a sus leyes en comunidades musulmanas y budistas, que se inspiran en las fuerzas que se encuentran en el exterior y que quieren dividir el país. Los grupos religiosos sin registrar o las iglesias clandestinas son los primeros en verse afectados por las medidas tomadas por las autoridades chinas.

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