PEKÍN 30 Ago. (Reuters/EP) -
Una ejecutiva estadounidense que lleva retenida en China desde marzo del año pasado ha sido imputada por espionaje, según ha indicado este martes el Ministerio de Exteriores chino, en lo que supone el último episodio en las tensiones entre Estados Unidos y China.
La ciudadana estadounidense de origen chino Snady Phan Gillis fue detenida en marzo de 2015 y hasta ahora no se habían presentado cargos contra ella. "China es un país en el que impera la ley. El departamento chino relevante llevará el caso ateniéndose estrictamente a la legalidad", ha asegurado una portavoz del Ministerio de Exteriores, Hua Chunying, que no ha explicado qué faltas ha cometido Gillis.
El Departamento de Estado estadounidense ha urgido a China a resolver el caso de manera "expedita" y, por otro lado, el Gobierno chino ha reprendido al Grupo de Trabajo de la ONU sobre Detenciones Arbitrarias por asegurar que la detención de Gillis no está en sintonía con los Derechos Humanos.
La imputación se produce en un marco de aumento de las tensiones entre China y Estados Unidos que pasan desde los reclamos territoriales en el mar de China Meridional hasta la detención de un ciudadano chino por formar parte de una conspiración para 'hackear' información militar estadounidense.
El supuesto 'hacker' recibió una condena de cárcel de 46 meses en julio tras haberse declarado culpable de intentar penetrar las redes informáticas de algunos importantes contratistas de defensa estadounidenses.
El presidente estadounidense, Barack Obama, llegará a China el próximo sábado para participar en la cumbre del G20 que se celebrará en la ciudad de Hangzhou.
Por su parte, Gillis ha sostenido que su detención se debe a motivos políticos y no a ningún delito, según ha asegurado a través de una carta hecha pública por el consulado estadounidense en China.
Gillis visitó el país como parte de una delegación de comercio de Houston, Texas, y fue detenida mientras intentaba trasladarse de la ciudad de Zhuhnai hasta Macao. Su marido ha defendido su inocencia.
La ley de secretos de Estado china es muy amplia y ambigua y protege desde información industrial hasta los cumpleaños de los líderes políticos. Cierto tipo de información también puede ser considerado secreto de Estado de manera retroactiva, lo que permite cierta arbitrariedad al sistema judicial, que no está formado por entes independientes sino que responde directamente al Partido Comunista.