Gu Yuese estaba enfrentado al Gobierno para mantener los crucifijos en las iglesias
PEKÍN, 31 Ene. (EUROPA PRESS) -
El reverendo protestante más conocido de China, Gu Yuese (también conocido como Joseph Gu) ha sido detenido y se encuentra bajo investigación por presunta apropiación indebida de fondos en lo que se trataría, según organizaciones humanitarias, de una represalia por oponerse abiertamente contra un plan del Gobierno chino eliminar los crucifijos en las iglesias del país.
La investigación contra el reverendo fue anunciada el viernes por la noche a través de un comunicado emitido por el Consejo Cristiano de la provincia de Hangzhou (este del país), un organismo afín al Gobierno chino, que se declaró "consternado y entristecido" por la detención del que hasta hace unas semanas era la figura modelo de la tolerancia religiosa en el gigante asiático.
Sin embargo, Bob Fu, director de la ONG estadounidense para la protección legal de los cristianos en China, ChinaAid, ha precisado que Gu ha sido arrestado y enviado a una "cárcel negra" en un proceso similar al que han atravesado cientos de activistas por los Derechos Humanos en el país.
El reverendo Gu es el líder de la iglesia de Chongyi, que con una congregación de 10.000 personas es considerada como la principal iglesia protestante del país. Durante las últimas semanas, según allegados que han preferido mantenerse bajo anonimato, había enviado diversas misivas en las que manifestaba su oposición a la retirada de los crucifijos y temía represalias.
"Lo que resulta irónico", puntualiza Fu a Reuters, "porque hasta hace nada era el niño bonito del Gobierno chino como adalid de la tolerancia religiosa". En este sentido, si bien las autoridades chinas afirman proteger la libertad de religión, en realidad mantienen un estrecho control sobre estas actividades y solo permite la existencia de estas instituciones siempre y cuando gocen del permiso oficial para operar.
"Se trata de una verdadera escalada en las reacciones del Gobierno chino", indica Fu. Con esta decisión, China quiere "enviar una señal a cualquier futura voz discordante en el seno de la Iglesia". "Es un mensaje para que se callen", concluye en declaraciones al 'Christian Science Monitor'.