La CIA estima que el asesinato selectivo de líderes insurgentes comporta numerosos efectos negativos

Actualizado: viernes, 19 diciembre 2014 13:19

MADRID, 19 Dic. (EUROPA PRESS) -

   La Agencia Central de Inteligencia de EEUU (CIA) emitió en 2009 un informe en el que subrayó que las operaciones de asesinatos selectivos contra líderes insurgentes podrían repercutir negativamente dentro de una estrategia general en la lucha contra el terrorismo, como por ejemplo al incrementar el nivel de apoyo a los insurgentes o crear vacíos de poder que permitirían la entrada de líderes aún más radicales que los fallecidos.

   Así se hace saber en el documento divulgado por la web de filtraciones Wikileaks, en el que los técnicos de la CIA evalúan el impacto de las llamadas "operaciones contra objetivos de gran valor" en diferentes partes del mundo.

   De los nueve casos estudiados, solo dos arrojan resultados completamente positivos --las operaciones contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Colombia desde 2002 y Sendero Luminoso en Perú desde 1980 hasta 1999--. Por contra, el informe subraya el nulo impacto de estas operaciones contra los talibán en Afganistán o en Oriente Próximo, contra las milicias del movimiento islamista Hamás.

OBJETIVOS DE ALTO VALOR: PROS Y CONTRAS

   La CIA explica que los "objetivos de alto valor" son aquellos cuya eliminación consigue que el grupo que lideraban pierda eficacia de manera desproporcionada. Entre los efectos positivos de estas operaciones, la agencia destaca que suponen un golpe moral a la organización y fragmentan a los insurgentes.

   Pero la agencia reconoce que existen muchos factores en juego que alteran el impacto de estas operaciones: centralización del liderazgo, calidad de los sucesores o el apoyo de la población. En este caso, un asesinato de un líder insurgente podría incrementar el aprecio por la causa por la que luchaba. Además, se corre el riesgo de radicalizar aún más al grupo porque el vacío de poder suele acabar ocupado por elementos más agresivos.

   En términos generales, la CIA recomienda echar mano de estas operaciones como un instrumento más en el marco de una "amplia estrategia antiterrorista" y siempre y cuando los Gobiernos que las ordenen conozcan en la medida de lo posible todas las repercusiones, tanto positivas como negativas, que podrían generar.

FRACASO GENERALIZADO

   El caso de Afganistán revela las debilidades que comporta esta estrategia. En este sentido, la CIA advierte de que la capacidad de los talibán para reemplazar inmediatamente a sus líderes caídos ha debilitado los esfuerzos de las operaciones de la coalición.

   Es más: al "fondo de banquillo" de los insurgentes y la solidez de su proceso de sucesión se añade el fervor que los talibán despiertan en "algunos elementos de la comunidad pashtún, así como en Pakistán, donde reciben santuario".

   El fracaso de estas operaciones contra los talibán se añade a casos como los de Hamás, el Frente de Liberación Nacional en Argelia, o los rebeldes tamiles en Sri Lanka. De los conflictos abiertos en 2009 que examina el informe, la CIA solo registra un éxito notorio --la eliminación de líderes de las FARC-- y una tendencia positiva contra Al Qaeda en Irak. En el resto de conflictos, el asesinato selectivo se revela como ineficaz.

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