WASHINGTON 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
La CIA se prepara para armar a grupos rebeldes en Siria en cuestión de semanas a través de bases clandestinas establecidas en Turquía y Jordania a lo largo del año pasado destinadas, en un principio, a canalizar ayuda no letal en el país de forma segura, según fuentes estadounidenses citadas por el diario 'The Washington Post'.
El objetivo primero de la CIA es reforzar al Ejército Libre Sirio (ELS) y suministrará el armamento --tal y como se acordó en la última cumbre de Amigos de Siria en abril-- a través del Consejo Supremo Militar, liderado por el comandante general de los rebeldes, Salim Idriss y órgano puente entre los combatientes del ELS y la oposición política.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha dado 'luz verde' al suministro de rifles y otro tipo de munición, pero no de baterías antitanque o antiaéreas, unas de las demandas más reiteradas de los rebeldes. Aún existen reticencias en el seno del Gobierno estadounidense sobre la opción de proveer armas pesadas a los rebeldes, según estas fuentes, ante la posibilidad de que las armas puedan caer en manos de combatientes islamistas.
Fuentes consultadas por la cadena CNN bajo la condición de anonimato también se han pronunciado en la misma línea, si bien estiman "potencialmente" posible que Washington acepte finalmente suministrar misiles antitanque, siempre a través de la CIA. El portavoz del Ejército Libre Sirio (ELS), Louay Almokdad, ha ratificado este planteamiento, en declaraciones a esta misma cadena.
La CIA, incluso, ha creado una oficina para preparar la expansión de sus operaciones en Siria y ha estudiado durante los últimos meses la composición de las fuerzas rebeldes. El asesor adjunto de Seguridad nacional, Ben Rhodes, afirmó este viernes que Estados Unidos podría, a día de hoy, entregar material "en las manos correctas", así como "dentro del país".
CONSEJO MILITAR SUPREMO
El Consejo Militar Supremo se formó en diciembre del año pasado y está integrado por 30 altos mandos del ELS, que fueron entonces elegidos por votación por los más de 260 líderes del grupo rebelde. A dicha cita, sin embargo, no fue convocado el comandante del ELS, Riad al Assad, un excoronel de la aviación del Ejército sirio que desertó en julio de 2011.
Idriss, que llegó a formar parte del Ejército sirio y que estudió una ingeniería en Alemania, se ha acercado a las políticas esgrimidas por el expresidente de la Coalición Nacional para las Fuerzas de la Oposición y la Revolución Siria (CNFORS), Moaz al Jatib. En febrero dijo estar dispuesto a reunirse con miembros del Gobierno de Bashar al Assad, un asunto que divide a la oposición siria. Idriss, asimismo, mantiene estrechos vínculos con las corrientes más conservadoras del ELS y los Hermanos Musulmanes.
Dos tercios de los miembros del Consejo Militar Supremo pertenecen a comandos donde los Hermanos Musulmanes, suní, ejercen una clara influencia. De hecho, los ausentes Riad al Assad y Mustafá al Sheikh, otro alto mando militar del ELS, son conocidos por su aversión a los Hermanos Musulmanes.
PETICIONES REBELDES
El suministro de baterías antiaéreas y antitanque, así como la instauración de una zona de exclusión aérea en Siria son las principales demandas del ELS, tal y como ha aseverado el comandante general rebelde.
Mientras Estados Unidos y Francia descartan imponer una zona de exclusión aérea como la establecida en 2011 sobre Libia, París y Londres sí ha manifestado su intención de permitir el suministro de armas a los rebeldes, algo que no cuenta con demasiados apoyos en el seno de la Unión Europea.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha advertido este viernes de que la entrega de armas a los rebeldes sirios podría empeorar la situación regional y ha desdeñado las pruebas por las que la Casa Blanca concluye que el Ejército sirio ha empleado armas químicas contra la población siria.
Más de 93.000 personas han muerto en el país a causa de los combates y la represión desde que comenzaran los levantamientos contra el Gobierno de Al Assad en marzo de 2011. La situación humanitaria en Siria continúa agravándose, al tiempo que la ola de refugiados que cruzan las fronteras sirias se intensifica. Más de 1,6 millones de sirios permanecen en los campos levantados en Líbano, Jordania, Turquía e Irak.