MADRID, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha alertado este jueves del "potencial impacto negativo" de la decisión de Estados Unidos de designar a los huthis como un grupo terrorista y ha expresado su "alarma" por la situación que atraviesa el país.
El director de operaciones del CICR, Dominik Stillhart, ha recalcado tras una visita a Yemen que la decisión de Washington podría afectar negativamente a la "entrega de ayuda humanitaria de forma imparcial a aquellos que la necesitan" en un momento en el que el conflicto, la pandemia de coronavirus y la inflación han causado un grave deterioro de la situación de la población.
Así, se ha mostrado preocupado por el posible "efecto enfriador" que la medida pudiera tener sobre la acción humanitaria, que podría verse bloqueada o retrasada, así como por un aumento de los riesgos a nivel operativo y las restricciones en el sector privado que limiten esta respuesta.
"Los estados que decidan imponer estas medidas deben considerar las consecuencias humanitarias y dar pasos, como la forja de vías humanitarias, para mitigar cualquier impacto negativo sobre las poblaciones afectadas y la acción humanitaria imparcial", ha destacado Stillhart.
"Han pasado dos semanas de 2021. Para Yemen, este año ha empezó como terminó el anterior, con violencia, miedo y pérdida. Las personas aquí necesitan ayuda más que nunca y el CICR, como un actor humanitario independiente, imparcial y neutral, hará lo posible para ayudar", ha resaltado.
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, desveló el lunes su intención de designar a los huthis y a varios de sus altos cargos, entre ellos el líder del grupo, Abdulmalik al Huthi, como terroristas internacionales y recalcó que próximamente notificará al Congreso a tal efecto, una decisión criticada duramente por los rebeldes.
En respuesta, Naciones Unidades alertó de que la decisión tendrá probablemente "graves repercusiones humanitarias y políticas", por lo que pidió a Washington que garantice exenciones para proteger la entrega de ayuda en el país.
"Obviamente, estamos estudiando el anuncio del Departamento de Estado, especialmente para valorar el potencial impacto, pero está claro que la decisión tendrá probablemente graves repercusiones humanitarias y políticas", dijo el portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric.
CONDENA AL ATAQUE EN ADÉN
Por otra parte, Stillhart ha condenado el ataque ejecutado el 30 de diciembre contra el aeropuerto de Adén justo después de que el avión que trasladaba a la práctica totalidad del nuevo Gobierno reconocido internacionalmente aterrizara en las instalaciones, achacados a los huthis por parte de las autoridades yemeníes.
Los rebeldes acusaron a "facciones mercenarias", en referencia a los separatistas suryemeníes del Consejo de Transición del Sur (CTS), integrados en el nuevo Ejecutivo, formado días antes del ataque en Adén tras un acuerdo entre las partes, reunidas en Arabia Saudí.
Stillhart ha resaltado que el ataque "fue un recordatorio indiscriminado y duro de lo que soportan los civiles atrapados en el conflicto y en la violencia" y ha agregado que "las últimas cifras oficiales apuntan a 28 muertos y 113 heridos". Entre las víctimas mortales hay tres trabajadores del CICR.
Así, ha descrito a Saidi Kayiranga, Hamid al Qadami y Ahmed Uazir como "tres miembros dedicados del personal del CICR que ayudaban a las personas que lo necesitaban", antes de trasladar nuevamente sus condolencias a los familiares de las víctimas.
"Este no es el primer ataque en Yemen en el que los civiles cargan con el peso y las pérdidas. Lo hemos dicho muchas veces y seguiremos repitiéndolo. Todos los implicados en la violencia en Yemen deben salvaguardar y proteger a los civiles y garantizar que los trabajadores humanitarios pueden llevar a cabo sus tareas", ha zanjado.
El Ejecutivo reconocido internacionalmente, presidido por Abdo Rabbu Mansur Hadi, cuenta con el apoyo de la coalición internacional encabezada por Arabia Saudí, mientras que los huthis reciben apoyo de Irán.
El conflicto ha sufrido un recrudecimiento durante los últimos meses, pese a los esfuerzos internacionales de mediación, en una guerra que ha provocado la que es la mayor crisis humanitaria mundial. Actualmente, casi el 80 por ciento de la población, unos 24 millones de personas, necesitan ayuda.