MADRID 11 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha anunciado este jueves su regreso a la región sudanesa de Darfur, después de suspender sus operaciones en el terreno en 2015, y ha informado del aumento de su asistencia en la zona, afectada por años de conflicto que han perjudicado gravemente la salud y el bienestar de los ciudadanos, muchos de ellos en situación crítica.
El CICR también llevará a cabo, por primera vez, asistencia en Kordofán del Sur y en Darfur Central, donde hay personas necesitadas de alimentos, agua potable y atención médica. "Las familias que viven en las zonas afectadas por el conflicto en Sudán han sufrido demasiado tiempo la violencia prolongada", ha afirmado el presidente del CICR, Peter Maurer, quien ha dicho que "el Gobierno de Sudán reconoce estas necesidades y está permitiendo que el CICR lleve a cabo sus actividades en estas zonas críticas".
Las actividades de asistencia del CICR aumentarán gradualmente en asociación con la Sociedad de la Media Luna Roja sudanesa y las autoridades pertinentes. En el futuro, el CICR espera cruzar los puestos de control y asistir directamente a todos los civiles que están padeciendo el conflicto y la violencia.
"Queremos abordar las necesidades a corto plazo, pero sabemos que también debemos ayudar a fortalecer la capacidad de superación de las personas a largo plazo", ha dicho Maurer. "El CICR tiene una larga historia de trabajo en Sudán, pero no tiene antecedentes de trabajar en el estado de Kordofan del Sur, donde esperamos poder asistir a los necesitados allí", ha añadido Maurer.
El CICR planea abrir una nueva oficina en Kadugli, una iniciativa que ha sido bien recibida por las autoridades locales. Entre las labores previstas para 2018, destacan la distribución de semillas, herramientas y pesticidas para ayudar a las comunidades de desplazados internos y a las comunidades de acogida a cultivar sus propios alimentos. Una iniciativa con un alcance de 108.000 personas, entre las que también se distribuirá comida para ayudar a esas familias hasta que llegue la cosecha.
El CICR suspendió las operaciones en Darfur en 2015 debido al acceso limitado, aunque siguió prestando apoyo a pacientes ortopédicos y trabajando en la reunificación familiar, actuando como intermediario neutral durante las liberaciones de presos.
La guerra en Darfur comenzó en 2003 cuando las tribus no árabes tomaron las armas para denunciar la marginación de este territorio. El Gobierno envió a las comunidades árabes a reprimir la revuelta, lo que desató un conflicto que ha dejado 300.000 muertos.