Cientos de millones en ayuda humanitaria se pierden por el cambio de divisa

Recurso de yen, yuan, dólar y euro
Foto: REUTERS/KACPER PEMPEL
   
Actualizado: domingo, 29 marzo 2015 13:10

GINEBRA, 29 Mar. (EDIZIONES) -

   Las organizaciones humanitarias han perdido cientos de millones de euros en ayuda debido a las fluctuaciones de monedas como el euro, ahora depreciado ante el dólar, o el franco suizo, que ha desvinculado su cotización con la moneda estadounidense. Estas modificaciones han afectado a muchas ONG pequeñas y medianas con sede en Ginebra, pero también a organizaciones más grandes, como Cruz Roja, el Programa Mundial de Alimentos o el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

   "La pérdidas son mayores de lo que esperábamos y afectarán tanto a las actividades prioritarias ya planificadas como a las nuevas emergencias que puedan surgir", ha explicado una portavoz de ACNUR, Ariane Rummery, en declaraciones a la agencia de noticias humanitaria IRIN.

   ACNUR ha aplicado ya recortes por el 7 por ciento del presupuesto operativo para 2015, cifrado en 3.500 millones de dólares debido al bajón del euro, ya que de los 20 principales donantes de ACNUR, siete pagan en euros.

   Las aportaciones en esta moneda suponen aproximadamente el 30 por ciento de los ingresos de la organización. También han tenido repercusión las bajadas del precio del dólar canadiense y el yen japonés.

   El Programa Mundial de Alimentos, con sede en Roma, recibe aproximadamente el 20 por ciento de las aportaciones de 2014 en euros. "Las aportaciones en euros de 2015 a las tasas actuales suponen un seis por ciento menos en los ingresos", ha reconocido una portavoz del PAM, Jane Howard.

   Esta no es la primera vez que fluctuan las monedas, por lo que muchas organizaciones han instaurado mecanismos para protegerse de esta volatilidad, como por ejemplo pactar con los donantes tipos fijos de cambio. Sin embargo, este año las fluctuaciones han sido muy drásticas y rápidas, por lo que han cogido desprevenidas a muchas organizaciones.

   "Año tras año las organizaciones humanitarias tienen que hacer más con menos", se ha lamentado la portavoz de Refugiados Internacional, Daryl Grisgraber.

Ayuda humanitaria

FRANCO SUIZO

   El caso del franco suizo es especialmente sangrante, ya que las autoridades suizas anularon de la noche a la mañana la vinculación de esta moneda con el dólar, lo que supuso una subida del 30 por ciento en los costes de las organizaciones humanitarias con sede en Suiza y que tenían que emplear el franco suizo.

   Desde la ONG ACAPS, dedicada a estimar necesidades humanitarias, reconocen haber tenido que aplicar recortes por 300.000 dólares, con lo que otras organizaciones más grandes que también tienen la sede en Ginebra como el Comité Internacional de la Cruz Roja, las pérdidas tienen que haber sido mucho mayores. Cruz Roja no ha querido revelar una cifra concreta.

   "Ante el incremento de las necesidades hunanitarias en todo el mundo teníamos un presucuerto récord y en el primer semestre ya hemos pedido más fondos a siete países", ha explicado una portavoz de Cruz Roja, Dorothea Krimitsas, en declaraciones a IRIN. "Necesitamos más dinero para cubrir estas necesidades, y las fluctuaciones están agravando la situación", ha reconocido Krimitsas.

Refugiados

500 EMPLEOS MENOS EN ACNUR

   Como resultado de este descenso en los ingresos, ACNUR tiene previsto reducir un cinco por ciento su personal, es decir, eliminar 500 puestos de trabajo. Actualmente, esta agencia de la ONU emplea a 9.300 personas en 125 países.

   La portavoz de ACNUR, Rummery, ha explicado que intentarán que esta reducción se aplique primero a las vacantes, que continuarán sin ocupar, en lugar de despedir a trabajadores.

   Además, la organización intentará reducir el coste de su sede en Ginebra, una de las ciudades más caras del mundo. En los últimos años, ACNUR ya ha trasladado parte de su trabajo a Budapest u otras ciudades para redicir costes.

   A nivel práctico, también intentarán conseguir que los refugiados tengan derecho a trabajar en los países de acogida para reducir así su dependencia, pero parece que muchos gobiernos van en la dirección contraria, como Líbano, donde se prohíbe trabajar a los refugiados sirios registrados, más de un millón.

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