ESTAMBUL, 27 Dic. (Reuters/EP) -
Cientos de residentes de Estambul han estampado este viernes sus firmas contra el canal hídrico que el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha prometido construir en la ciudad a pesar del grave impacto medioambiental y humano que podría representar, según sus críticos.
El Canal Estambul es un enorme canalón para el tráfico marítimo, de 45 kilómetros de longitud, que conectaría el mar Negro por el norte con el mar de Marmara por el sur, atravesando el oeste del extrarradio de la ciudad hasta formar una isleta.
Erdogan defiende que este canal facilitará el tráfico marítimo al presentar un recorrido más seguro que la actual vía principal que es el estrecho del Bósforo, por el que discurría en paralelo.
Para el presidente es también un proyecto de alcance histórico al completar la primera idea al respecto que concibió el sultán otomano Solimán "el Magnífico" y su arquitecto jefe, Mimar Sinan, durante el siglo XVI.
Por contra, tanto expertos como diputados opositores como las organizaciones ecologistas aseguran que el Gobierno turco sigue sin abordar los problemas medioambientales que causaría su construcción, presupuestada en unos 10.000 millones de dólares, así como el impacto sobre las reservas de agua potable de la ciudad.
Así pues, las ONG han pedido a los turcos que firmen contra este proyecto en los puntos al aire libre dispuestos a lo largo y ancho de las calles de la ciudad. "Tenemos la responsabilidad de proteger el futuro de nuestros hijos y de nuestros nietos, y este proyecto solo tiene un propósito: engordar los bolsillos ajenos", ha lamentado el profesor de universidad jubilado Gulcan Erdogan Boyraz.
Erdogan ha prometido que completará este proyecto aunque tenga a toda la oposición en contra, incluyendo a las cámaras de Ingenieros y Arquitectos del país, quienes temen que el informe de impacto medioambiental termine aprobado en breves fechas.
"Sin embargo", apunta su presidente, Cevahir Akcelik, "como hemos visto hoy, la oposición pública existe, y se hace notar".