MANILA 5 Abr. (Reuters/EP) -
Cientos del personas del norte de la isla filipina de Luzon han vuelto a sus casas después de pasar el día en centros de evacuación por el paso del tifón 'Chedeng', que se ha debilitado al tocar tierra, aunque las autoridades han advertido de que dejará fuertes lluvias y marejadas.
Lo que en un principio se temía que fuese un supertifón, durante los últimos días se ha ido debilitando y finalmente ha dejado tormentas con vientos de 55 kilómetros horas y ha sido evaluado como una depresión tropical cuando tocaba tierra este domingo.
"Agradecemos a Dios", ha afirmado el director ejecutivo del Consejo Nacional de Gestión y Reducción del Riesgo de Desastres, Alenxander Pama. "De un supertifón hace una semana, ahora tenemos una depresión tropical. Nos hemos librado una vez más del desastre", ha asegurado.
Pama ha asegurado que por el momento no se ha producido ninguna víctima y que los residentes de las provincias de Isabela y Aurora en Lizon están regresando a sus casas después de pasar la noche en zonas de acogida.
sin embargo, ha advertido a los ciudadanos de zonas cercanas a montañas que permanezcan atentos porque las fuertes tormentas podrían causar intensas lluvias, inundaciones y movimientos de tierra. Además, los barcos pesqueros y pequeños ferries tienen prohibido navegar.
En total han sido evacuadas unas 10.000 personas, entre filipinos y extranjeros que se encuentran en el país en las vacaciones de Semana Santa.