TEPIC (MÉXICO), 11 (Thomson Reuters Foundation/EP)
Un reciente informe sobre la gestión de la inmigración a nivel global ha asegurado que las ciudades del mundo deben "prepararse mejor" si quieren poder lidiar con el creciente aumento de personas forzadas a emigrar a causa de los conflictos armados y de los desastres naturales causados por el cambio climático.
Las ciudades necesitan reducir el impacto que tiene la inmigración en "los frágiles ecosistemas urbanos" flexibilizando el uso de sus limitados recursos para mejorar los lugares donde viven los inmigrantes, cómo se integran en la sociedad y sus posibilidades de encontrar empleo, de acuerdo con un nuevo informe de la iniciativa '100 Ciudades Resilientes' (100RC) de la Fundación Rockefeller.
"Las ciudades deben hacer frente a la crisis con antelación y aprovechar esta oportunidad crítica para convertirse en lugares más resilientes mediante la implementación de soluciones creativas que motiven a las comunidades con más dificultades y fomenten la construcción de una mayor cohesión social", ha dicho Michael Berkowitz, el presidente de 100RC.
El número global de inmigrantes internacionales fue de alrededor de 244 millones de personas en 2015, según el informe. En 2015 también se alcanzó una cifra de récord del número de personas forzadas a huir de sus países por la violencia y la persecución. Más de 65,3 millones de personas a nivel mundial.
La inmensa mayoría de los inmigrantes internacionales se han asentado en ciudades. Más del 90 por ciento de los inmigrantes que han llegado a Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Australia viven en zonas urbanas, donde tienen más facilidades a la hora de integrarse y de encontrar apoyo dentro de las comunidades de extranjeros.
Las ciudades en los próximos años tendrán que hacer frente a diversos problemas como gestionar la sanidad, la seguridad, la escasez de agua, la cohesión entre las distintas comunidades y el riesgo de desastres naturales si no toman las medidas adecuadas para aprovechar las enormes ventajas socioeconómicas que ofrece la inmigración.
"La inmigración masiva que estamos presenciando hoy no es un estado temporal de emergencia, sino el comienzo de una nueva realidad", han asegurado en el informe. "Más que resistir esta nueva realidad, las ciudades deben asumirlo", han añadido.
CONTRIBUCIONES ECONÓMICAS
Dada la impredecible naturaleza del flujo de inmigrantes -- ya sean provocados por los conflictos armados, los desastres naturales o las crisis económicas-- las ciudades deben prepararse para acoger a miles de inmigrantes en los próximos años.
Algunas ciudades han comenzado a poner en marcha iniciativas que mejoran el acceso de los inmigrantes a servicios financieros o mediante programas de entrenamiento que les permitan incorporarse con mayor facilidad al mercado laboral.
Los beneficios económicos resultantes incluyen una mayor contribución fiscal y una gran cantidad de nuevos puestos de empleo ofertados por los negocios que los propios inmigrantes acaban creando. "Los inmigrantes suponen claros beneficios económicos para las ciudades de destino, lo que refuta la concepción generalizada de que acaban con la salud financiera de sus nuevos hogares", han emplazado el informe.
Las ciudades tienen que requerir más financiación por parte de los Gobiernos centrales y promover más implicación por parte del sector privado para cubrir los crecientes costes asociados con la llegada de inmigrantes.
En Atenas, por ejemplo, una ciudad que ha tenido que hacer frente a la llegada de miles de sirios huyendo de la guerra en su país, se han comenzado a proporcionar ayudas para el alquiler para que los refugiados puedan vivir en el centro de la ciudad con acceso a los servicios básicos.
"A pesar de que hemos conseguido gestionar la crisis dentro de la crisis, nuestro mayor desafío continúa siendo la absorción total de los recién llegados en nuestra sociedad", ha escrito el alcalde de Atenas, Giorgos Kaminis, en el informe.