Decenas de candidatos independientes se cuelan en un sistema poco amigo de los experimentos individuales
LONDRES, 6 May. (EUROPA PRESS) -
La pérdida de apoyo para los dos partidos mayoritarios en Reino Unido --conservadores y laboristas-- ha permitido a otras formaciones minoritarias ganar una visibilidad que podría ser clave en las elecciones de este jueves y en un escenario de posibles alianzas en el que pocas opciones parecen descartadas.
El Partido Liberal Demócrata subió como la espuma en los meses previos a los comicios de 2010, aupado principalmente por la solvencia de su líder, Nick Clegg, en los debates televisados. Aunque en esas elecciones no llegaron a los niveles de apoyo esperados, los liberaldemócratas lograron entrar en el Gobierno de David Cameron.
Sin embargo, durante estos cinco años, el partido ha sufrido el desgaste propio del gobierno sin haber logrado sacar adelante algunas de sus grandes promesas, como cambios en la ley electoral o la reforma de la Cámara de los Lores. Los sondeos advierten de que la formación podría quedarse con la mitad de los actuales 56 escaños --el propio Clegg no tiene asiento asegurado--.
En el horizonte, el Partido Liberal Demócrata aspira a volver a ser 'bisagra' bajo el compromiso de apoyar a quien más votos y escaños obtenga. Llega a esta cita con un programa que incluye una mezcla de recortes de gasto y subidas de impuesto para rentas alta, más dinero para educación y sanidad y nuevas leyes para proteger el medio ambiente y luchar contra el cambio climático.
UKIP Y EL RIESGO DE BURBUJA
El Partido por la Independencia de Reino Unido (UKIP) se hizo mayor de edad en el año 2014, cuando capitalizó su vertiente euroescéptica para lograr ser la formación más votada en las elecciones de mayo al Parlamento Europeo, por encima de laboristas y conservadores. El año pasado también fue el de la entrada del UKIP en la Cámara de los Comunes, donde logró sus primeros dos diputados.
Bajo la batuta de Nigel Farage, que lidera el partido desde 2010, el UKIP ha conocido sus mejores éxitos y, al mismo tiempo, podría haber tocado techo. Los sondeos le sitúan en una orquilla de apoyo de entre el 12 y el 13 por ciento, lo que podría traducirse en unos 20 escaños.
Los 'tories' han coqueteado en los últimos años con los votantes euroescépticos --Cameron ha prometido convocar un referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la UE-- y han logrado frenar lo que muchos vieron como un crecimiento imparable del UKIP.
Farage acudirá este jueves a votar con un programa que incluye un referéndum sobre la integración en la UE, cuotas para la inmigración, mejoras en el sistema sanitario y aumento del gasto en Defensa --según recoge la cadena de televisión BBC--.
LA ALTERNATIVA VERDE
Al igual que el Partido Liberal Demócrata y el UKIP, el Partido Verde quiere tener voz en un país tradicionalmente ajeno al ecologismo político. Los 'verdes' lograron su primer representante en la Cámara de los Comunes en las elecciones de 2010 y, en esta ocasión, rondan el 5 por ciento en intención de voto.
El sistema electoral británico, sin embargo, no vaticina grandes logros para la formación que lidera Natalie Bennett, de origen australiano. Fin de la austeridad, impulso del sector público, control de rentas, programas de energías renovables o nacionalización del sistema ferroviario figuran dentro de su programa.
PESO TERRITORIAL
Frente a la testimonial presencia parlamentaria que previsiblemente obtendrá el Partido Verde, otras formaciones sacan rédito a su reducida presencia territorial. Así, el Partido Unionista Democrático norirlandés y el Plaid Cymru (Partido de Gales) quieren mantener su actual nivel de escaños, situado en ocho y tres, respectivamente.
Sin embargo, las cifras de galeses y norirlandeses quedan lejos de los pronósticos para el Partido Nacional Escocés (SNP), que podría dispararse hasta la tercera posición en número de escaños. Algunas encuestas incluso pronostican para la formación de Nicola Sturgeon los 59 escaños que están en juego en Escocia, un hito inédito que amenaza con lastrar al Partido Laborista.
De hecho, si se cumplen los pronósticos, el SNP será objetivo de todas las miradas la mañana del 8 de mayo. Un análisis de 'The Guardian' sitúa un acuerdo entre laboristas y nacionalistas escoceses como la opción más probable de pactos postelectorales, si bien Ed Miliband ha descartado una alianza --incluso externa-- con Sturgeon.
La ministra principal de Escocia ha llegado a plantear durante la campaña una opción "progresista" que aúne a distintos partidos de izquierda.
Los liberaldemócratas no han cerrado la puerta a ninguno de los dos grandes partidos, pero en principio ni con 'tories' ni con laboristas sumarían una mayoría solvente. El UKIP, por su parte, quedaría relegado a un hipotético macrobloque conservador de difícil encaje.
INDEPENDIENTES
Reino Unido está dividido en 650 circunscripciones --tantas como escaños tiene la Cámara de los Comunes-- y, en cada una de ellas, los votantes elegirán a un único diputado. Los grandes partidos copan titulares y medios, pero el sistema también deja espacio para independientes.
La página web 'YourNextMP' ha cifrado en 170 el número de candidatos que se presentan sin una formación de respaldo. A ellos se sumarían varias decenas de aspirantes más que pertenecen a micropartidos que recorren todo el espectro ideológico.
Defensores del cigarrillo electrónico o del cannabis, detractores del 'fracking' o comediantes se han colado en una cita con las urnas a la que la mayoría de los británicos prefieren ver como espectadores. No en vano, la ley obliga a depositar una fianza de 500 libras que los candidatos sólo recuperan si logran el 5 por ciento de los sufragios.